El mexicano Rafa Márquez, que hoy se ha despedido formalmente del Barcelona, ha admitido que después de siete temporadas en el club, le ha llegado el momento de buscar nuevos horizontes deportivos y ha agradecido el cariño y el trato de la afición y el club durante su etapa como jugador azulgrana.

En un sencillo acto de despedida, al que acudieron el capitán del equipo y el entrenador, Carles Puyol y Pep Guardiola, Márquez ha explicado que pese a tener aún dos temporadas más de contrato, deja el Barcelona "porque es el momento justo para hacerlo", tras saber que no tendría demasiados minutos de juego a las órdenes de Guardiola.

"El entrenador me dio la oportunidad de escoger; podía haber seguido, porque con mi salario, estaría muy cómodo", ha relatado Márquez, "pero el míster confía más en otros jugadores y yo soy ambicioso y siempre quiero más. Aquí, en Barcelona, ya se terminó mi etapa".

El futbolista ha comentado que deja el club "con la cara muy alta", satisfecho de irse "por la puerta grande y no por la de atrás como lamentablemente le ha ocurrido a otros" y orgulloso por haber sido capaz de disipar "las dudas que algunos tenían" sobre él y "por ser parte importante del cambio en el barcelonismo".

Sin confirmar aún en qué equipo jugará (aunque ha apuntado que maneja ofertas de clubes europeos), Márquez se ha despedido subrayando que en Barcelona ha vivido los "mejores momentos" de su carrera deportiva.

"Me quedo con las amistades, con toda la vida que he hecho en Barcelona y el cariño que he cogido a estos colores. Seré culé hasta la muerte y eso es más importante que los títulos", ha añadido.