El nombre de la prueba lo dice todo, "Ironman" (hombre de hierro). De esa pasta tienen que estar hechos los participantes de esta prueba. Primero para nadar 3.800 metros normalmente en aguas abiertas; después, sin descansar ni perder un segundo, los participantes tienen que calzarse las zapatillas de ciclismo y coger la bicicleta para recorrer 180 kilómetros, o lo que es lo mismo, una etapa del Tour de Francia. Si esto no fuera poco, tras dejar la bicicleta; nuevas zapatillas y a correr 42 kilómetros, o lo que es lo mismo, una maratón entera.

En esta locura de prueba se va a enrolar el alicantino Moisés Vidal. Tiene 35 años y no es la primera vez que va a hacer este tipo de carreras, pero sí será su primer campeonato del mundo. Será en Hawai, el 9 de octubre, donde la prueba es más dura "por el calor y la humedad, será asfixiante", confiesa Moisés. Además, otro inconveniente vendrá a la hora de nadar, "no nos dejan llevar neopreno en el mar, los organizadores alegan que no hace falta por la temperatura del agua".

El alicantino se clasificó, el pasado 22 de mayo, tras quedar cuarto en Lanzarote, "logré la plaza en los últimos 10 kilómetros de la prueba, iba decimocuarto y adelanté a diez", narra el triatleta, que reconoce que su fuerte "es la maratón, hago tiempos de profesional". En total, estará quemando calorías unas 10 horas.

Un duro entrenamiento

Una clasificación que le va a costar 3.000 euros, lo que vale el viaje a Hawai; "si quiero irme, lo tengo que pagar yo de mi bolsillo, la única ayuda que voy a tener es de la empresa en la que trabajo".

Este amor al deporte no solo le cuesta dinero, también esfuerzo y tiempo. Para soportar la dureza de la prueba, Moisés se entrena seis días a la semana, "unas tres horas al día, menos cuando cojo la bicicleta que hago unas cinco horas". Y todo esto lo tiene que compatibilizar con su trabajo. "Ellos no sabían nada de lo que hacía, cuando se enteró mi jefe que tenía que irme a Hawai, se quedó de piedra. Lo bueno es que me van a apoyar".

La afición a este deporte no le llegó hace mucho, "en 2004 empecé a hacer pruebas de triatlón pero se me hacían cortas y al año siguiente cambié al Ironman".

Desde entonces, Moisés ha participado en siete pruebas y las siete las ha acabado, "si vas bien preparado y sabes dosificarte, no es difícil terminar". Por lo que el objetivo no es sólo terminar, "quiero bajar de las diez horas, de las posiciones es difícil hablar, va gente profesional que sólo se dedican a esto", relata el triatleta alicantino, que nadará, correrá y dará pedales junto a 2.500 participantes más en la isla de Hawai.