El holandés Johan Cruyff, que fue nombrado presidente de Honor del FC Barcelona por un acuerdo de la directiva de Joan Laporta, se personó este viernes en las oficinas de la entidad para devolver la insignia que le acredita como miembro de Honor de la entidad. La iniciativa de Cruyff cogió absolutamente por sorpresa a la directiva de Sandro Rosell, hasta el punto de que en el mismo momento en que el holandés se personaba en las oficinas del club, Rosell ofrecía una rueda de prensa unos metros más allá.

La iniciativa es la respuesta inmediata a lo anunciado en la víspera por la junta directiva de Rosell, quien había puesto en entredicho el nombramiento de Cruyff, al considerar que la figura de presidente de Honor no está recogida en los Estatutos de la entidad. La directiva de Rosell había anunciado que sometería a la asamblea de socios una modificación de los estatutos, para tomar en consideración la propuesta. Sin embargo, Cruyff se ha adelantado. Apareció por las oficinas del club y devolvió la insignia acreditativa que le impuso en su día Laporta.