Fernando Alonso aseguró ayer que toda la rabia que sintió tras el pasado Gran Premio de Europa se ha convertido ahora en "energía positiva" y en un gran deseo de contraatacar. Alonso se manifestó así en su blog personal en referencia al incidente del pasado domingo en Valencia, cuando la salida del coche de seguridad debido al espectacular accidente sufrido por el australiano Mark Webber arruinó su carrera, ya que, de ir tercero en pista, pasó a ser décimo a la reanudación de la carrera. "No era el domingo que esperábamos, eso seguro. Por la noche estaba muy enfadado por todo lo sucedido, pero ahora la rabia se ha transformado en energía positiva con un gran deseo de contraatacar", agregó.

Alonso admitió que no sirve de mucho volver a pensar en lo sucedido y señaló que ahora está mucho más tranquilo que tras el incidente. Tras la carrera, "uno se expresa de modo emotivo y es fácil usar tonos y expresiones fuertes que pueden ser mal interpretados y pueden dar lugar a sospechas. Algo que no tenía intención de suscitar". El asturiano precisó así sus palabras tras el GP de Europa, cuando declaró: "La carrera era para acabar segundo, pero con el coche de seguridad era para acabar octavo y noveno, pero aquí, normalmente cuando haces las cosas bien, respetar las banderas amarillas, quedas noveno, y uno que no las respeta queda segundo". No obstante, concluyó: "Aquéllos que, como Ferrari, respetaron las reglas sufrieron, en este caso, daños mucho mayores que aquéllos que las infringieron y fueron penalizados".