Paraguay y Japón cruzan sus intenciones competitivas en el inicio de la segunda fase de Sudáfrica 2010 con un reto compartido: alcanzar por primera vez en sus respectivas historias el pase a cuartos de final. Quien gane se medirá después a Portugal o España.

El conjunto guaraní, cargado de la confianza que le proporcionó la primera fase, que terminó como dominadora de su grupo, por encima de la última campeona, Italia, y sin conocer la derrota, afronta de la mano del preparador argentino Gerardo Martino su cuarta presencia en los octavos, que anteriormente nunca ha pasado.

Primero fue en México 1986. Después lo intentó en Estados Unidos 1998 y en Corea y Japón 2002. Pero siempre cayó en el intento.

Sudáfrica parece una ocasión propicia. Martino ha cambiado la filosofía del cuadro guaraní. Su apuesta es más ofensiva, menos conservadora y los resultados le han dado la razón hasta ahora.

La velocidad de su rival es la gran preocupación del preparador del combinado guaraní. Japón ha dAdo muestras de su desparpajo y su rapidez en las transiciones, una habilidad innata en el bloque oriental.

Takeshi Okada, sin embargo, ha ampliado los recursos de su equipo, dotado ahora de mayor autoestima. Además, ha logrado rentabilizar las cualidades de sus hombres y a base de trabajo ha exprimido las acciones a balón parado.

La fórmula le proporcionó la clasificación a Japón, que consiguió a balón parado los tres tantos que destrozaron a Dinamarca, a la que arrebataron el pase a octavos. Japón también está a un paso de hacer historia en su cuarta participación mundialista.