Dos goles de David Villa levantaron a España de su decepcionante estreno en el Mundial, y mandaron para prácticamente para casa a Honduras (2-0), en un partido que deja a la "Roja" dependiendo de sí misma ante Chile para estar en octavos de final después de recuperar moral con un partido firme en el que perdonó numerosas ocasiones.

El resultado está por encima del estilo, pero el estilo es la base para el éxito. Y España lo tiene bien definido. Admite retoques, como los que introdujo Vicente Del Bosque a quien no le tembló el pulso en un momento en el que a su temple habitual, debía sumar firmeza para defender sus ideas. La presencia de Jesús Navas fue su mensaje. España recuperó sensaciones perdidas en un estadio repleto de historia. Las dudas del mal estreno se disiparon con carácter. El triunfo era obligado. Los goles necesarios para jugarse la vida con Chile en el último partido de la fase de grupos. Del Bosque sentó a Iniesta, justo físicamente, y a Silva. Dio entrada a Navas para abrir el campo y a Fernando Torres como referencia ofensiva. Le falta chispa al "Niño". Fue Villa quien asumió el liderazgo.

Es un matador tan letal el "Guaje" que poco importa que juegue en punta o parta desde la izquierda. Su ansiedad del estreno la transformó en magia cada vez que tocó el balón. España asfixió con su presión a Honduras desde el inicio. Se adueño del balón y con menos toque que en otras ocasiones y más juego vertical, en diez minutos había generado cuatro ocasiones y pedido dos penaltis. Villa se había citado con el gol. El travesaño impidió que fuese a los seis minutos, cuando soltó un derechazo desde 30 metros. El factor suerte necesario en las grandes competiciones de momento ha dado la espalda a España. Al palo de Xabi Alonso ante Suiza se sumaba otro. A las protestas en dos acciones dentro del área rival, llegaban otras dos claras. Una mano a un control de Torres y un empujón a Sergio Ramos cuando iba a rematar un centro de Xavi.

No había tiempo para las lamentaciones. España destila calidad. Una acción individual de Villa comenzó a decantar el partido. En un palmo se marchó de dos rivales y se adentró en el área. Tenía el gol dibujado en su mente. Recortó hacia la derecha y encontró la escuadra. El primer gol en el Mundial era una realidad. El encuentro estaba en el terreno donde deseaba la selección española. Con ventaja, necesitaba goles y pausa. La ansiedad no es buena. El ímpetu de Navas volcó el juego hacia la derecha. Le faltó el desdoble de Ramos para brillar más. Sus centros no encontraron rematador. Villa desbordaba en el otro costado con más pegada. Su conexión con Torres no encontró el premio del gol. Pero en la segunda parte, con espacios, España mató el duelo. Aprovechó la velocidad de Navas, un amague en el desmarque de Villa que se descolgó al borde del área y al recibir el balón su disparo a puerta rebotó en Osman Chávez para acabar en la red.

Se tambaleó Honduras y llegó un vendaval de ocasiones de la "Roja" desaprovechadas. El partido era de España que dejó escapar una oportunidad de oro de sumar goles a su favor para cubrirse las espaldas en caso de un triple empate. Navas desequilibró de nuevo por la derecha. Izagüirre se comió su amago y le derribó dentro del área. Penalti claro. Lo chutó Villa con tan ajustado que se marchó fuera (min.62). Cesc y Mata salieron en la segunda parte para dar más mordiente, pero el partido estaba decidido. Y ahora, próximo compromiso el viernes ante Chile .