Con la prensa mal, sin la prensa peor, parece ser el dilema común a Dunga, Diego Maradona y José Mourinho desde que optaron por trabajar como entrenadores.

La relación de amor y odio que gira según los resultados o el estado de ánimo ha deparado en los espacios informativos tantos o más comentarios que la suerte misma del equipo que dirigen o el desempeño de sus jugadores.

Amor, lo que derrocha Maradona en su mejor momento como entrenador y odio lo que parece destilar Dunga, sin importarle que los resultados le acompañan y que hoy los medios parecen rendidos a la demostración de Brasil encima de Costa de Marfil.

Y por una tercera vía marcha Mourinho tras ganar todo lo que disputó en la temporada pasada con el Inter italiano y mientras llega la hora de emprender su nuevo desafío, el Real Madrid.

Maradona estremeció a la prensa el día que Argentina alcanzó su clasificación directa a Sudáfrica al invitar a sus detractores a "que la sigan chupando".

Más diplomático fue años atrás el brasileño Mario Jorge Zagallo al avisar a los periodistas que los resultados avalaban la continuidad de su trabajo en la selección y que por eso tendrían que aguantarlo un tiempo más. "¡Vocês vao ter que me engolir!", dijo.

Tan refinado como desconcertante fue el portugués Mourinho cuando afirmó: "No soy el mejor del mundo, pero creo que no hay nadie mejor que yo". La prensa británica lo llama 'The special one'.

O blanco o negro

Pero para Dunga, como para Maradona, en el mundillo del fútbol no hay grises. O se es blanco o negro. Y es por ello que si el brasileño no gustaba de los comunicadores cuando era jugador, difícilmente hará algo para alterar la química con los informadores desde que se enfundó el chándal de entrenador.

"El crítico de fútbol es un privilegiado que empieza a jugar cuando el partido termina, por eso gana siempre. Pero como a mí no me gusta perder, mejor los evito", declaró poco después de tomar el testigo de Carlos Alberto Parreira, en agosto de 2006.

Es su primera experiencia en un banco, ¡y le tocó justo en el de Brasil! Pero meses después el equipo Canarinho levantó la Copa América de 2007 que se disputó en Venezuela, y hace un año, por esta misma época, se hizo con la Copa Confederaciones.

Como si fuera poco, dominó con suficiencia las eliminatorias del Mundial. De dieciocho encuentros jugados apenas perdió dos.

Pero todos estos logros quedan en segundo plano para un grueso sector del periodismo crítico de las reglas del juego implantadas por el que fue capitán en la conquista del título Mundial de 1994.

Con Carlos Caetano Bledor Verri 'Dunga' acabaron las entrevistas exclusivas y permanentes de los jugadores por una conferencia de prensa formal a la que asisten cada día dos jugadores.

Con Dunga acabaron los descansos extendidos hasta altas horas de la noche con derecho a fiestas en clubes nocturnos, como fue común durante el Mundial de 2006.

Hay razones del comportamiento humano que Freud puede explicar con sus estudios pero otros pueden entenderse con un vistazo al pasado, en este caso el pasado de Dunga, cuando era jugador.

Ivo Gonzales, uno de los más experimentados fotógrafos del diario 'O Globo' recuerda el día de la conquista del título Mundial de 1994 en una dramática final con Italia que se resolvió en una tanda de penaltis. Él y varios colegas pidieron al capitán de la selección que al tomar la copa diera un pequeño giro para permitirles registrar el momento histórico en Estados Unidos.

"Su respuesta fue un insulto para todos. Nada le importaba, vivía ahora su momento de gloria después de tantas años de recibir críticas por su calidad futbolística y ser capitán de una selección que cuatro años antes había decepcionado", dijo a Efe Gonzales.

"Después, cuando levantó la copa miró a todos los brasileños y nos dijo: 'esto es para ustedes, traidores', y a continuación soltó una serie de ofensas. Fue un desahogo agresivo que tenía reprimido desde el Mundial de 1990 cuando muchos consignaron en su cuenta la culpa del fracaso en Italia", añadió.

De luna de miel con Maradona

En el campamento de la selección argentina la relación de Maradona con la prensa parece una luna de miel. Días atrás cantó a un reportero que cumplía años y en cada aparición suya hay un trato cordial y un chiste a flor de labios.

Difícil pensar que Dunga cante 'cumpleaños feliz' a uno de sus interlocutores o que dedique un apunte humorístico, él que ha dicho que su trabajo no consiste en "caerle bien a nadie".

Por el contrario, el 15 de junio, día del partido que Brasil ganó a Corea del Norte por 2-1, el técnico no perdió la oportunidad para interpelar a un informador que le indagaba por el destacado desempeño de Robinho. "Y pensar que tú que fuiste uno de los que el año pasado celebró el hecho de que no lo hubiera convocado para un partido. Yo no olvido, tengo memoria de elefante", le espetó.

La víspera del partido contra Costa de Marfil, el entrenador cargo contra los periodistas que alertaron sobre una presunta lesión del centrocampista Gilberto Silva y dijo que debían excusarse por estar provocando "pánico" en la afición.

El domingo, tras la goleada infligida a Costa de Marfil, el sistema de sonido detectó los insultos que profería a un reportero de la TV Globo.