Tan desconocida como enigmática, Corea del Norte vuelve a un Mundial después de su primera aparición, hace 44 años, para someter a Brasil a su primer examen por el sexto título, una conquista que pondría a Dunga en el selecto club de los que ya fueron campeones como jugador y entrenador.

A esa casta pertenecen apenas su compatriota Mario Jorge Lobo Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.

El partido en Johannesburgo entre el líder del ránking de la FIFA y la selección 105 de la misma clasificación cerrará la primera jornada del Grupo G del Mundial, pues antes se habrán enfrentado en Puerto Elizabeth las selecciones de Costa de Marfil y Portugal. Para Brasil un triunfo contundente tendrá un positivo efecto múltiple pues pondrá fin a una serie de triunfos magros en anteriores estrenos mundialistas (2-1 sobre Escocia en 1998 y sobre Turquía en 2002, y 1-0 frente a Croacia en 2006), además de disipar dudas sobre el real poder ofensivo del equipo y aliviar tensiones.

La selección Canarinho llega estremecida por el conflicto entre Dunga y la prensa, que se acentuó al prohibir el seleccionador el ingreso de ésta a tres de los cuatro últimos entrenamientos.

Los periodistas brasileños han interpretado el fin de la política de puertas abiertas, que era tradición en las selecciones de Brasil, como una represalia de Dunga por la divulgación sobre presuntos enfados entre jugadores.