El grueso de la prensa española, que llegó hoy a Sudáfrica junto a la selección nacional, vivió un susto de importancia pero sin repercusiones físicas mientras se trasladaba en autobús por las calles de Johannesburgo con destino a Potchefstroom.

La mayoría de los periodistas acudieron, nada más aterrizar en la capital sudafricana, al estadio Ellis Park a cumplir el requisito pertinente de la acreditación mientras que el equipo de Vicente del Bosque volaba a la ciudad donde quedó concentrada.

Los informadores iban divididos en dos autobuses y, al poco de salir del estadio camino de Potchefstroom, el primero de ellos vivió un momento de auténtica zozobra cuando, justo al pasar por debajo de un puente, los que iban en dicho autocar sintieron un estruendo espectacular de un par o tres de segundos que parecieron eternos.

Algunos pensaron que estaban siendo apedreados de forma masiva por personas desde arriba del puente, porque caían piedras por los laterales, pero rápidamente se pudo comprobar que lo que había ocurrido es que el autocar no cabía y que había golpeado en la estructura.

La parte trasera del techo del autobús fue arrancada de raíz y quedó un agujero de un metro de diámetro. Era el hueco del aparato de aire acondicionado, a por el que rápidamente se lanzaron las numerosas personas que estaban apostadas en las aceras de dicha calle.

Los ocupantes del segundo autobús pudieron ver perfectamente el suceso y cómo el primero era rodeado por personas, la mayoría de ellas con la camiseta amarilla de Sudáfrica y con vuvuzelas, pero el autocar pudo seguir sin problemas, aunque inmerso en un atasco monumental.

La empresa responsable del traslado de los medios informativos decidió parar en una gasolinera de la autopista camino de Potchefstroom, fuera de Johannesburgo, para cambiar a las personas que ocupaban los asientos traseros al otro autobús y seguir el trayecto sin más problemas, aunque ha tenido que cambiar el vehículo para que sea reparado.