Diego Armando Maradona no ha perdido ninguna de sus dotes de "showman", ni la capacidad de atraer la atención, ni el magnetismo de saber mantenerla y lo volvió a demostrar ayer en su primera rueda de prensa en Sudáfrica un día antes del debut de Argentina en el Mundial ante Nigeria (16 horas, Canal+, Canal+ Liga). El seleccionador llegó a la modesta sala de prensa del estadio Loftus Versfeld rodeado de un grupo de ayudantes digno de una estrella de rock, se aposentó en el sillón central y comenzó su espectáculo. De salida, el "Pelusa" toma las riendas del "show", como cuando en la televisión argentina dirigía "La noche del diez". O como cuando aparece en un programa, la última vez la noche del jueves, cuando fue entrevistado desde el lugar de concentración en Pretoria por la presentadora Susana Giménez.

Entra en la rueda de prensa con buen talante, nada que ver con los ambientes hostiles de otros momentos, como tras lograr en el último momento la clasificación para el Mundial. Sus primeras palabras mezclan el dulce y el amargo. El dulce para los sudafricanos y el amargo para quienes dudaron de que el país pudiera organizar un Mundial, "como un señor morocho que jugaba con el diez", en una referencia apenas larvada a Pelé.

Un niño mantiene vivo el "show". Un periodista le lanza una camiseta que un niño sudafricano le dio en la calle para que se la entregara al "Pelusa". Emocionado, Maradona agradece el gesto y, espontáneo, se arranca su sudadera de la selección argentina y se la lanza al reportero: "Llévasela al niño".

Más tarde, aprovechó una pregunta de un periodista de la televisión de la FIFA para arrancar otra carcajada a los presentes: "Muy malas las fotos que me hicieron en la FIFA. Estuve ahí cuatro horas y el resultado es muy malo. Si hay que pegar a alguien...". A un periodista español le agradece que le enviara la revista de su diario y le dice que no la leyó. Otra carcajada. "Pero vi el 6-0 de España a Polonia. No quiere decir nada, no es un gran rival. Pero a España hay que tenerla en cuenta".