La tenista villenense María Teresa Torró Flor, ha vuelto a casa después de vivir una semana inolvidable disputando el torneo junior de Roland Garros en Paris. Tras jugar la fase previa alcanzó los cuartos de final en individual y llegó hasta la final en dobles. El resultado, muy superior al que todos esperaban en esta su primera participación sobre la tierra de París, abre muchas expectativas sobre su futuro.

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Tita Torró comenzó a jugar al tenis a los cuatro años de edad en una pista ubicada en la urbanización San Antón donde reside y, posteriormente, pasó a formar parte de la Academia Equelite a la que sigue perteneciendo. A sus 18 años es la número 1 de España en la categoría junior, la número 18 de España en categoría absoluta y la 328 del mundo.

¿Cómo calificaría la experiencia vivida en Roland Garros, el torneo más importante del mundo sobre tierra batida?

Ha sido increíble. He estado jugando, aprendiendo y disfrutando con los mejores del mundo.

¿Es cierto que desde niña decía que su sueño era jugar en Roland Garros?

Mi sueño es ganar un torneo "grande" pero, sin duda alguna, lo conseguido ahora me da fuerzas para seguir trabajando más fuerte y con más ganas.

¿Por qué toma la decisión de jugar individuales y dobles?.

Fue debido a que tanto Lara Arruabarrena como yo pasamos la previa y, como somos españolas, decidimos formar pareja.

A partir de ese momento, comienza a jugar partidos por la mañana y por la tarde...

Sí, jugaba individuales a primera hora y tras descansar muy poco tenía que volver a la pista para disputar el dobles.

Ese ritmo, ¿pudo castigarle físicamente?

En cuartos de final ya no estaba bien, aunque eso no es excusa porque mi rival jugó un gran partido. Tuvieron que inyectarme analgésicos por los dolores que tenía en la zona de las costillas. No podía apoyar bien y las horas en la pista me pasaron factura.

¿Algunos partidos fueron especialmente duros?

Sí, en segunda ronda me tocó con la cabeza de serie número 5, una húngara que el año pasado fue subcampeona de Europa, pero realicé mi juego y conseguí ganar. Algún partido se acercó a las tres horas , luego llegaba el dobles y tenía que estar otras dos horas en pista, pero con las ganas que de vencer no me dolía nada.

¿Pasó muchos nervios?

Muchísimos. Antes de ir a París ya estaba bastante nerviosa. Luego en la fase previa y en la final saltaba a la pista con nervios, pero aprendí a jugar en ese estado.

¿Qué faltó para ganar la final de dobles?

Desde el principio del partido vimos que la húngara y la americana jugaban bien, eran superioras, estaban bien conjuntadas. Lo intentamos, pero no pudo ser.