"Mi trabajo es mentalizar a mis jugadores día a día de que esto va a ser muy duro, pero estoy convencido de que ellos lo saben igual o mejor que yo", asegura Albert Costa, 34 años, capitán del equipo español de la Copa Davis, ganador de esta competición en 2000, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, el mismo escenario en el que a partir del viernes se disputará otra final.

Rafa Nadal

Rafael Nadal, el más joven campeón de la Copa Davis, vuelve al Palau Sant Jordi nueve años después de portar la bandera de aquel equipo que ganó la primera ensaladera contra Australia, aunque ahora la responsabilidad es dirigir al conjunto español a un triunfo contra la República Checa.

Desde que comenzó esta temporada, Nadal dejó claro que su objetivo principal era ganar la Davis. Su baja en la final de 2008 contra Argentina en Mar del Plata le dejó un mal sabor de boca, y en el año en curso se ha centrado en ocupar un lugar en la formación inicial a toda costa.

El duelo contra la República Checa también tiene coincidencias para Nadal, quien debutó en el equipo español en Brno con 17 años en 2004 y en pabellón cubierto, y derrotó precisamente a Radek Stepanek en el último punto para cerrar la contienda a favor de España por 3-2.

Antes de iniciar este año, Nadal no podía imaginar ni por lo más remoto la serie de acontecimientos que protagonizaría en estos doce meses. Convertirse en el primer español en ganar el Abierto de Australia y firmar un inicio de sesión con cinco títulos (Melbourne, Indian Wells, Montecarlo, Roma y Barcelona) hacían prometer una temporada espléndida, pero dos lesiones le infligieron una herida que se ha dejado notar hasta el final.

Sus cifras, 64 victorias y 11 derrotas, le han mantenido aunque con notorio peligro de perderlo, en el segundo puesto de la clasificación mundial, con Djokovic acechando. Ahora, la lucha por el objetivo inicial al principio de la sesión le llega este fin de semana, donde su formidable adaptación a la tierra espera dar sus frutos y conseguir por segunda vez (Sevilla 2004) un título que le emociona.

David Ferrer

David Ferrer tiene ya una experiencia en ganar la Copa Davis, la que logró el pasado año contra Argentina, y puede ser la alternativa o baza secreta de Albert Costa, seleccionador nacional para la final de este fin de semana contra la República Checa.

En teoría Rafael Nadal y Fernando Verdasco parecen los elegidos para jugar los individuales contra los checos, pero si la lesión en el músculo psoas ilíaco de la pierna derecha del madrileño persiste, y no se recupera, Ferrer podría saltar y se daría el caso inverso de lo que sucedió hace un año en Mar del Plata.

Allí Ferrer era fijo para los individuales pero perdió el partido inaugural contra David Nalbandian en tres sets, y Emilio Sánchez Vicario, entonces capitán, tras consultar con el propio David, decidió poner a Verdasco para jugar el tercer día, y acertó con su decisión.

Su recuperación, y sobre todo las cuatro victorias que tiene sobre Tomas Berdych en tierra (con Radek Stepanek está 1-1 en esta superficie) pueden ser claves para que Costa tome una decisión a su favor.

Fernando Verdasco

Respaldado por su primera participación en la Copa Masters y acomodado entre las raquetas más reputadas del circuito, Fernando Verdasco traslada sus energías hacia la final de la Copa Davis, consolidado como pieza base del cuadro español impulsado por el efecto de la explosión que disfruta en su carrera.

Verdasco ha crecido. Ha dado el estirón profesional definitivo. Y el último año será difícil de olvidar para él. Cuando ha madurado. El tenis ha respondido a su talento. Y sus aptitudes han encontrado acomodo y réplica en el circuito.

La Copa Davis, que retoma como pilar fundamental para las aspiraciones hispanas, supuso un punto de inflexión en su trayectoria. Mar del Plata fue el estallido que necesitaba el madrileño, carente de un premio de relumbrón que diera lustre a las condiciones que se le advertían.

La final contra Argentina y la conquista del punto definitivo frente a José Acasuso, que proporcionó a España la tercera Ensaladera, la primera a domicilio, aligeró la presión a la que Verdasco se sometía.

Alentado por la dinámica de su explosión, con un título más en el bolsillo, el que obtuvo en New Haven, Fernando Verdasco asume, henchido de responsabilidad por su condición de número dos, la nueva cita para España, en Barcelona. En la Copa Davis, la que demostró al madrileño su condición de competidor a tener en cuenta.

Feliciano López

Feliciano López, uno de los héroes de la final de la Copa Davis del año pasado contra Argentina en Mar del Plata, tiene la oportunidad este fin de semana ante la República Checa de cerrar otra vez una temporada de forma triunfal, en una competición en la que se siente especialmente implicado.

No obstante, el debut de Feliciano en Copa Davis no le trae excesivos buenos recuerdos. Fue en Melbourne Park, en la Rod Laver Stadium contra Australia en el 2003, cuando haciendo pareja con Alex Corretja salió de la pista con una abrumadora derrota por 6-3, 6-1 y 6-3 ante Wayne Arthurs y Todd Woodbridge.

Con 9 victorias en la Davis y 11 derrotas, 3-5 en individuales, y 6-6 en dobles, Feliciano ha sido uno de los primeros en pisar la pista del Palau Sant Jordi para adaptarse cuanto antes a la competición que cierra una temporada, en la que sólo ha brillado por momentos.

"Feli" cierra el año en el puesto 47 individual y en el 83 de dobles. Lo hace sin lograr título alguno, cuatro años después de obtener el único que figura en su palmarés en Viena, y después de sufrir una racha de derrotas -seis- que se hizo interminable desde que ganó el challenger de El Espinar (Segovia), donde comenzó a trabajar con su nuevo técnico Francisco "Pato" Clavet, y hasta que despertó en el Masters 1000 de Shanghai, donde alcanzó las semifinales contra Nadal.

Juan Carlos Ferrero

Adaptado a su nueva condición, distanciado del primer plano que ahora acaparan otros y que antaño absorbió, Juan Carlos Ferrero asume en Barcelona, en la final de la Copa Davis, su condición de quinto hombre de España, al servicio del grupo que capitanea Albert Costa.

Consciente de la proximidad del tramo final de su carrera, ya alejado de las alturas del circuito y del protagonismo que adquirió como pilar del equipo español, como especialista en arcilla, ganador de Roland Garros en su año mágico de 2003, donde fue número uno del mundo, Ferrero se asoma a su cuarta final de la Davis.

Ferrero, que presume de dos Copas Davis en su historial, la primera, obtenida en el Palau Sant Jordi en el mismo escenario que ahora, la de su explosión. Y la del 2004, ante Estados Unidos, en Sevilla. Además de la final del 2003, que el conjunto español perdió ante Australia en Melbourne. Sólo faltó a la del pasado curso en Mar del Plata.

Juan Carlos Ferrero vuelve a una final. Desde otra perspectiva. Como quinto hombre. Integrante del equipo. Parte del grupo, uno más en las sesiones preparatorias y al acecho ante cualquier eventualidad. El jugador valenciano ha sabido reciclarse. En su madurez y experiencia está ahora su gran virtud.