T ercer empate consecutivo del Orihuela lejos de Los Arcos, ante el filial del Levante U.D en un partido que acabó en polémica y con los seguidores oriolanos, que en varios autocares y coches particulares se dieron cita en la Ciudad Deportiva de Buñol, con los nervios a flor de piel, puesto que cuando pasaban seis de los cuatro minutos que iba a descontar el colegiado Jiménez Moreno, el conjunto granota consiguió la igualada en el marcador tras convertir un saque neutral en un balón para el Levante y no parar el juego pese a que un jugador alicantino se encontraba en el terreno de juego con una sola bota.

Hasta ese momento, en los primeros compases del partido era el equipo de Raúl Ruiz el que llevaba la iniciativa, pese a que el Orihuela esperaba agazapado para montar contras con mucho peligro. Así los locales, en los primeros veinte minutos dispusieron de hasta tres oportunidades de Miguel Ángel, Saúl y De Lerma para adelantarse en el marcador. Pero sin duda la más clara, fue para los hombres de Robert Fernández que en el minuto veinticuatro pondría el corazón en un puño a los levantinistas en una jugada por banda izquierda de Diego Rivera que cedió a Ibán Espadas para que rematara sólo ante Xabi, deteniendo el portero azulgrana.

Fue el preludio del primer tanto, que iba a llegar cinco minutos después, gracias a un derribo en el área de Campos a Pérez que Espadas transformó en el 0-1, engañando al portero valenciano por su izquierda. El gol estimuló las ideas ofensivas del equipo local, que en apenas dos minutos, gracias a dos centros de Juanjo y Perona volvía a poner en apuros a Roca. Sin embargo las ocasiones más claras eran para el Orihuela, que se vió privado de una pena máxima en el minuto treinta y cuatro, al señalar el derribo del defensor Héctor sobre Diego Rivera fuera del área, cuando se había producido dentro.

Las cosas no podían comenzar mejor para el conjunto de Roberto Fernández en la reanudación, puesto que cuando apenas se cumplía el segundo minuto, Ruano recibía en la frontal del área un balón puesto por Espadas y enviaba un zapatazo que se coló junto al palo izquierdo de Xabi. El partido parecía sentenciado. Pero la salida de Pepe Pla dio otro aire a los locales, y fruto de un centro suyo, llegó el penalti que supuso el 1-2, al sujetar Amantegui a Miguel Ángel en una decisión arbitral dudosa. Y ya en el tiempo añadido el conjunto local logró otro polémico gol y empató el choque.