Boca ofrece esta noche en la capital alavesa su "Boccatango", dentro de la gira de despedida de los escenarios del mundo el próximo mes de diciembre, después de 27 años de exitosa carrera.

A sus cuarenta años el artista bonaerense reconoce que se retira cansado de los viajes y de la vida que rodea el espectáculo de gran nivel, pero "no de estar encima del escenario".

Recién llegado de Moscú y horas antes de partir hacia Milán, Bocca, en una entrevista con Efe, afirma que el mayor reconocimiento que ha recibido por su trayectoria profesional es el "cariño y el respeto del público en 27 años de trabajo".

El bailarín argentino añade que ha tenido "esa suerte" de sentirse querido por un público para el que ha trabajado "con todo el corazón, cariño y respeto".

Explica que no se deben buscar diferencias entre un público como el que ayer le admiró en Moscú, el que le va a despedir hoy en Vitoria o el que disfrutará con su arte mañana en Milán, porque "a mí lo que me preocupa es que disfrute; la verdad es que no me interesa si el público entiende o no" de ballet.

"Mi idea es que la danza es un arte para todos y te puede gustar o no, entenderla o no, pero lo importante es que puedas llegar a ella", subraya el artista, que ha tenido como uno de sus objetivos profesionales popularizar la danza.

Bocca recalca que es "muy difícil entender la danza", es algo "muy complejo sobre todo ahora que hay un concepto mucho más amplio de lo que es arte", por lo que "para mí lo importante es que la gente venga y disfrute como yo disfruto en el escenario".

Recuerda que, aparte de unas cinco funciones en Uruguay de "Adiós hermano Cruel", estos dos últimos meses de su carrera profesional en activo los va a dedicar a "Boccatango", un espectáculo con el que, dice, "nos divertimos mucho" y en el que hay música en vivo "maravillosa", voz y movimiento, "arte completo en una noche".

Este espectáculo, basado en tangos tradicionales de su país, se presentó en 2001 en su ciudad natal, Buenos Aires, donde tiene previsto poner punto y final a su presencia en los escenarios ante más de cien mil personas el 22 de diciembre próximo.

Pese a sus siete operaciones y el resultado no deseado de algunas de sus funciones, Bocca asegura que "no cambiaría nada" de su carrera profesional: "si pudiera, lo volvería a hacer igual todo".

Explica que le gustaría que le recordasen como un bailarín clásico que ha hecho "un poco más popular la danza, sobre todo en Argentina" y que luchó y va a seguir luchando por que a la danza se la siga "respetando, manteniéndola viva".

Después de un periodo de descanso cogerá las riendas del Ballet Argentino, que él mismo creó en 1989, y dedicará su tiempo fundamentalmente a la enseñanza, a la dirección y la producción, también en la fundación que preside y en la escuela de comedia musical de su país, con el objetivo de poder ofrecer a los niños y jóvenes una educación integral.

Quiere transmitir a profesionales de la enseñanza "todo lo que yo he aprendido" en su larga carrera profesional desde que con ocho años le dijo a su madre, profesora de danza, que quería dedicarse a bailar en los escenarios.