En una sala cedida por el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig, el cineasta ilicitano Chema García Ibarra entrevista a varios candidatos que podrían convertirse en personajes de su próximo largometraje, Espíritu Sagrado, que prevé empezar a rodar en Elche en octubre. Tras un primer casting online al que se presentaron más de 1.500 personas, el realizador lleva a cabo desde julio otro presencial con unos 70 seleccionados. García Ibarra busca a personas de la calle, «a gente real, auténtica, que no tiene por qué tener vinculación con el cine ni con la interpretación, para que transmita realismo y veracidad a la historia», explica el ilicitano sobre esta constante en sus películas.
La historia de Espíritu Sagrado, que se rodará principalmente en el barrio Carrús de Elche -«un barrio obrero de gente que trabaja sobre todo en el calzado», especifica el ilicitano, que se ha criado allí- gira alrededor de un grupo de aficionados a la ufología y de un proyecto para alterar la historia de la humanidad. Una ficción costumbrista con un toque fantástico, marca de la casa.
Entre la treintena de personajes principales y secundarios que busca, hay perfiles que requieren ciertas inquietudes espirituales o interés por lo misterioso y, por ello, una de las preguntas que el director lanza a los aspirantes, tras conocer detalles de su vida, es si han tenido alguna experiencia con lo sobrenatural.
«Buena pregunta», responde Alfonso, un candidato de 42 años aficionado a la música con querencia por el cine clásico y de acción, que se considera una persona «bastante racional» y que afirma haber tenido experiencias con fenómenos de «avistamiento de ovnis y sueños, a veces apariciones». Alfonso aclara que normalmente no habla de esto con nadie que no sea íntimo: «La gente tiene miedo a contar sus experiencias porque te toman por loco, pero yo creo que sí hay algo más ahí».
José Vicente, de 56 años, pensionista por una distrofia muscular, también ha relatado al cineasta su vivencia con lo paranormal cuando estuvo 16 días en coma. «Me sentía flotando en el cielo, veía a mis suegros y a mi madre, que me decía que qué hacía allí, que me fuera a cuidar de mis nietos; vi el túnel oscuro y notaba cómo me clavaban las uñas los gatos, doy fe», asegura con rotundidad este albañil retirado, que también ha sido llamado a encontrarse con el director, quien graba sus respuestas y amablemente invita a salir de la sala a este diario cuando el aspirante debe permanecer en silencio durante un minuto mirando a la cámara.
«El protagonista es un hombre, camarero en un bar, con fascinación por el misterio», apunta García Ibarra, que cree tener ya «algunos finalistas que me han gustado mucho, pero tengo que seguir viendo vídeos porque hay que enfrentar a unos personajes con otros y hacer equilibrios».
Los personajes «reales» son clave en el cine costumbrista revestido de ciencia ficción de García Ibarra -reconocido por sus cortos con más de 200 premios en certámenes internacionales como Sundance, la Quincena de realizadores de Cannes o la Berlinale- y el cineasta no se había embarcado antes en un casting tan numeroso salvo en Misterio, un corto de 2013 «para el que vimos a muchísimas señoras mayores». También realizará una búsqueda callejera con profesionales que se dedican a ello y cuenta con una coach para orientar al reparto final en este proyecto en el que participan TVE, Movistar y Eurimages. Con la pandemia aún rondando, para el rodaje «habrá que adaptarse a las medidas del momento. La película está escrita en un mundo pre-covid y es como si rodáramos una película de época», augura el director.
García Ibarra acaba de ser galardonado con su corto Leyenda Dorada en el festival de cine de su tierra, certamen al que acude cada año y del que ha aprendido «muchísimo -asegura-. Allí veía los cortos antes de hacerlos yo, voy todos los años y estoy muy agradecido».
