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Luis Piedrahita: «Haría desaparecer al coronavirus con ciencia y tecnología»

Se estrena hoy en el autocine Cinemacar de Alicante (22 horas) con una de sus mejores armas, el humor

Luis Piedrahita JAVIER BIOSCA

¿Ha actuado en un autocine?

He actuado en teatros, estadios, plazas de toros, piscinas climatizadas, volcanes en erupción y conventos de monjas. Nunca antes en un autocine. Ardo en deseos.

¿Cómo se lleva el humor con el coronavirus

El humor y el coronavirus se llevan bien, como los hongos y la humedad. Cuando aparecen los problemas, enseguida aparece el humor. El humor aparece incluso antes que la solución a los problemas. Es el primer paso. De todas las virtudes que tiene el humor quizá la más interesante sea la de hacer la vida soportable. Para eso sirve el humor, para hacer la vida llevadera.

¿Es posible bromear sobre el covid-19 en un escenario o aún es pronto?

Es posible. Incluso te diría que necesario. Pero siempre desde el sufrimiento propio y nunca desde el ajeno. Los límites del humor sólo los pone el talento del humorista. Se puede hacer humor de todo, claro, pero no todos los temas son igual de fáciles. En momentos dolorosos el humor ha de funcionar como una tirita en una herida, como una caricia en el desconsuelo, como un cubito de hielo en un chichón? Y nunca como un insulto o una regañina. El humor que hace falta en las situaciones de sufrimiento es aquel que se parece más a la poesía y menos a una queja. El humor entendido como un arma de construcción masiva.

La mascarilla nos ha tapado la sonrisa. ¿Eso es un reto para los humoristas?

La mascarilla nos ha tapado las sonrisas, pero no olvides que solamente el 50% de la sonrisa está en la boca. El otro 50% está en los ojos y, afortunadamente, esos todavía no nos los han tapado.

¿Nota que hay más ganas de reír ahora que antes de la pandemia?

Ahora, además de ganas de reír, la gente tiene la necesidad de reír. Necesitamos recordar cómo era nuestro rostro cuando éramos felices. Necesitamos recordar qué músculos se activaban cuando nos reíamos a carcajadas y necesitamos recordar qué partes del cuerpo dolían después de un ataque de risa. No es que la gente tenga ganas, es que la gente lo necesita. Las personas asisten a los espectáculos de humor con la urgencia con la que un adolescente se entrega a su primer lance venéreo. De verdad lo necesitan. Y la entrega es absoluta.

Con sus dotes de ilusionista, ¿qué le gustaría hacer desaparecer por arte de magia?

Mis dotes de ilusionista me han enseñado que cuando alguien hace desaparecer algo, por lo general, está dentro de una manga, debajo de una alfombra o en un sitio peor. Por eso me limito a hacer desaparecer cartas, moneditas y dedales. Dedico muchas horas a saber hacer eso bien y espero que los que van a hacer desaparecer el coronavirus le estén dedicando muchas.

¿Cómo haría desaparecer al coronavirus?

Invirtiendo en ciencia y tecnología.

El Rey emérito se ha desvanecido... ¿ha tenido usted algo que ver?

He leído algo en la prensa. Creí que era publicidad de que la Universidad Juan Carlos I pasaba a ser la universidad a distancia.

¿A qué político recomendaría reír más?

A Recaredo, que era un tío muy serio.

¿Reiremos más o menos cuando esto pase?

Reiremos igual, pero más tranquilos. Reiremos de cosas distintas. Pase lo que pase, nunca dejaremos de reír.

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