Temblores de tierra, problemas de comunicación y mucha emoción marcaron ayer el lanzamiento del cohete que puso rumbo a Marte al rover Perseverance, que buscará indicios de vida presente y pasada en un planeta al que EE UU quiere enviar seres humanos a partir de 2030. El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, aseguró que encontrar vida «sería el mayor descubrimiento de la humanidad» y «transformaría la forma en la que desarrollamos la exploración espacial».

«Sería el mayor descubrimiento de la historia, pero creo que también nos permitiría hacer más de lo que nunca hemos hecho porque habría mucho más interés en ir más allá», indicó Bridenstine.

El cohete Atlas V, al que iba acoplado el Perseverance, despegó este jueves a las 7.50 (11.50 hora española) desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida) y comenzó así la misión Mars 2020 de la NASA, con un coste de unos 2.700 millones de dólares. Si todo sale como está previsto, Perseverance, un vehículo movido por energía nuclear y dotado de una nueva generación de dispositivos robóticos espaciales, llegará al cráter Jezero de Marte el próximo 18 de febrero.

El vehículo, al que le dio su nombre un niño de Virginia, recorrerá un millón de millas (1.609 millones de kilómetros) hasta aterrizar en la superficie marciana para completar una misión que durará como mínimo un año en Marte, es decir 687 días terrícolas.

Despedida

Minutos antes del despegue, un pequeño temblor de intensidad tres se hizo notar en el centro de control de Pasadena (California) que despidió a Perseverance en sus últimos momentos en la Tierra, pero que finalmente no tuvo incidencia alguna.

Los expertos de la NASA reiteraron la «perfección del despegue» tras el lanzamiento que se realizó bajo unas condiciones inmejorables, y aunque hay algunos problemas comunicación para recibir los datos de la nave aseguraron que «es algo habitual» en el espacio profundo.

El vehículo, que empezó a construirse hace casi una década, pesa más de una tonelada y cuenta con diversos dispositivos que le permitirán cumplir los objetivos de la misión 2020 Mars Rover. Aparte de buscar vida microscópica, transformará el dióxido de carbono en oxígeno para futuras exploraciones con humanos y hará volar la primera aeronave en la fina atmósfera de Marte. El rover cuenta con un brazo robótico, el helicóptero Ingenuity, veinticinco cámaras y el primer micrófono que permitirá retransmitir los sonidos de Marte, aunque uno de los hitos será la recolección de muestras del suelo marciano que serán enviadas a la Tierra.