Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una pandemia para la naturaleza

Transición Ecológica alerta del alto poder contaminante de las mascarillas que tardan hasta 400 años en degradarse

Peces picoteando una mascarilla en el puerto. ÁLEX DOMÍNGUEZ

Los Ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de Consumo han puesto en marcha la campaña «Recuerdos inolvidables. La mascarilla , con la que intentan promover el uso de mascarillas protectoras del covid-19, pero también sensibilizar a los ciudadanos sobre los efectos de su abandono en entornos naturales, una imagen, desgraciadamente, habitual durante la desescalada en muchos puntos de la provincia. La mascarilla higiénica común, abandonada en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años. Y mientras desaparece puede afectar de múltiples formas a la flora y fauna, al agua y a los suelos que conforman ese espacio e, incluso, acabar en el mar, uniéndose a los más de ocho millones de toneladas de residuos plásticos que se vierten anualmente a los océanos, según advierten los técnicos del Ministerio.

El uso de mascarillas es, según el Gobierno, estratégico para poder hacer frente a la crisis sanitaria provocada por el covid, también mientras se disfruta de los espacios de alto valor natural que cubren, aproximadamente, el 30% de España. Sin embargo, el uso de esta protección no debe agravar un problema que afecta a los entornos naturales a escala global: el abandono indiscriminado de residuos, en su mayor parte de origen plástico, un fenómeno conocido, en su acepción inglesa, como «littering» y que el Gobierno ya incluye como uno de los indicadores para evaluar la calidad ambiental del país.

Los residuos asociados a la protección frente al covid-19 y, especialmente, las mascarillas, guantes y otros equipos de protección personal deben depositarse en el contenedor gris de residuos no separables.

«El abandono de la basura es un problema ambiental de primer orden sobre el que la ciudadanía está ampliamente concienciada. De hecho, gracias a sus demandas, la UE, con el apoyo de España, ha aprobado en tiempo récord una normativa que limita los plásticos de un solo uso y que España ha incorporado al anteproyecto de Ley de Residuos, actualmente en tramitación», subraya la vicepresidenta Teresa Ribera.

España no es ajena a la contaminación que provoca el abandono de residuos plásticos y metálicos, papeles y cartones o colillas en espacios naturales y, para atajarla, debemos actuar en el origen, apelando a nuestra responsabilidad individual y modificando los hábitos de consumo. «En un momento en el que todos debemos actuar con responsabilidad, protegiéndonos y protegiendo a nuestros conciudadanos con el uso de mascarillas, es importante ampliar esa protección a los entornos naturales, que nos proveen servicios básicos como el aire limpio, agua y alimento, evitando abandonar mascarillas o cualquier otro residuo», asevera Ribera.

En función del material que se haya usado en su fabricación -la mayoría incluyen polipropileno no tejido, un tipo de plástico-, las mascarillas podrían llegar a englobarse dentro del amplio grupo de residuos plásticos abandonados en entornos naturales. Similar situación ocurre con los guantes desechables, habitualmente confeccionados con vinilo, vitrilo, polietileno o látex y con los envases en los que se comercializan tanto mascarillas como guantes o el gel hidroalcohólico, donde la presencia del plástico es habitual.

La fragmentación de todos estos residuos puede constituir, además, una fuente de acumulación de microplásticos en el medio ambiente, cuestión que agrava aún más los efectos asociados al abandono de basuras dado que, entre otras cuestiones, introduce los residuos plásticos en la cadena trófica, especialmente de la fauna marina.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats