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Kiko Veneno: «La música en directo ha estado en los balcones»

Vuelve a los escenarios con su Sombrero roto y con la emoción «en el pecho cogida. El pasado sábado actuço en el Puerto de Alicante

El cantante Kiko Veneno. información

P Parece que ha aprovechado muy bien el confinamiento y ha compuesto Hambre , un nuevo disco que no tenía previsto.

R La verdad es que sí. Llevaba una semana o dos trabajando en este disco y me cogió el confinamiento. Al principio lo dejé, pero quizá el encierro me ha dado un tiempo libre y una perspectiva diferente. Lo empecé sin un plan determinado, el punto de partida eran las cosas que quedaron fuera de Sombrero roto y a partir de ahí empecé a hacer ciertas investigaciones personales de música urbana, experimentales, a través de las tecnologías. Pero luego surgieron canciones nuevas sobre el momento como Días raros, que la voy a cantar en Alicante, y un estilo flamenco guerrillero urbano... No tardaremos en sacar la primera canción y el disco espero que para Navidad.

P Parecía imposible volver a subirse a un escenario este verano...

R ¡Tengo una emoción en el pecho cogida! Tengo la imagen de Ada Colau en la cabeza y le doy las gracias porque ha sido la primera autoridad del país que ha defendido la música. Es incongruente que permitan vida nocturna y precisamente las actuaciones, que es donde más se controla y hay medidas de seguridad, se estén ninguneando. Sean de derechas o de izquierdas, aunque casi todos son de derechas, se nota la poca atención de la política a la cultura. Las apuestas, el fútbol... todo va para adelante, pero los conciertos en directo, no. En España hay 300.000 o 400.000 personas viviendo de la música, a las que se está ignorando.

P Va a actuar en un espacio medio vacío, o mejor medio lleno, con el público sentado y con mascarilla. ¿Esa escenografía le condiciona a la hora de ofrecer el concierto?

R Estoy imaginando esto tan raro y tan extraordinario. Y condiciona, claro. El misterio es ver cómo va a ser eso. Ni los espectadores lo saben. Pero intentaré ofrecer un rato musical y comunicativo con la gente en esas circunstancias. Y claro que lo vamos a conseguir. Va a ser emocionante.

P Lleva más de 40 años en la música. ¿Recuerda alguna situación de crisis similar?

R No recuerdo un momento peor. No veo que tengamos muchos motivos de alegría. Pero la música siempre va a sobrevivir, aunque promotores que promuevan hay pocos; lo que hay es mucho comisionista para inflar los cachés.

P Precisamente un estudio de Musicaprocv asegura que nueve de cada diez promotores no sobrevivirán a esta situación.

R Se puede interpretar de muchas maneras. Lo que hemos visto en el confinamiento es que ha habido una reducción de todo. La música en directo estaba en los balcones, el streaming todavía no es de suficiente calidad para que fuera artístico, pero en los balcones la gente tenía necesidad de expresarse. La música y el cine son los que han salvado el confinamiento y ahora necesitamos esa ayuda y ese impulso de los promotores. En España, los promotores muchas veces han ido a lo fácil, en todos los sectores, vivimos de la superproducción, de producir lo que no hace falta. Somos una sociedad compulsiva, consumidora y es la única viabilidad económica que parece que existe. Es una realidad instalada, pero eso no es la economía. La mía no. Yo he aprendido mucho en estos días. Me he dado cuenta de que tener más cosas no me da más felicidad pero si destruye el planeta. Me he dado cuenta de que tengo cepillos de dientes hasta el año 2030 y lápices para escribir 56 volúmenes del Quijote... Vivimos en la superproducción y en lo que estamos es en la obesidad física y mental, y la pobreza física y espiritual. Esto quizá nos lleve a un sitio diferente, es un momento de esperanza también.

P La cultura, y en gran parte la música, ha mostrado su cara más solidaria.

R Lo que yo veo es que los que han mostrado la cara más solidaria son los del sector sanitario, con una gran capacidad de sacrificio. Luego, quitando los políticos mamarrachos, la mayor parte, mientras había una unión a nivel sanitario, se han esforzado mucho y han luchado lo indecible. Y nosotros lo que hemos hecho es cantar.

P Tiene fama de irreverente en sus críticas y heterodoxo a nivel musical. ¿Pero qué hay que hacer para mantenerse en la música más de cuatro décadas?

R Son circunstancias personales. Quizá sea yo la excepción que confirma la regla de que eso no es normal. Lo puede explicar mi voluntad, que soy muy pesado, que tengo mucho amor por la música y por la creatividad de las personas. Fácil no es, pero ninguna profesión es fácil y si vas en contra del sistema dominante pues más. Yo siempre he sido humanista y he defendido a las personas y al planeta por encima de empresas que controlan los estados. Ahora el sistema capitalista es que cuatro empresas monopolizan la sanidad, las comunicaciones, el combustible y se incrustan en los gobiernos y les usurpan el papel.

P Le veo muy crítico...

R Yo tampoco soy muy optimista, pero quiero desmantelar a esos empresarios que van de patriotas, pero que lo único que quieren es ganar dinero y les importa un carajo la salud de la gente.

P ¿Qué va a hacer mañana si el público quiere bailar, que seguro que quiere?

R Yo creo que podrán. Yo les invito a que bailen, siempre que se mantengan en su zona de seguridad. Y sentado también se puede bailar. Ojalá se levante la gente, yo lo intentaré.

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