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Leo Harlem: «El humor le quita dramatismo a la vida»

El viernes se estrena Superagente Makey, de la que Leo Harlem (León, 1962) es protagonista

El humorista y actor Leo Harlem. información información

P ¿Cómo está llevando todo esto de la nueva normalidad?

R A nivel personal el parón no me vino mal porque coincidió con una etapa laboral con mucho trabajo... Eso no significa que acepte lo ocurrido porque soy consciente de que la realidad a partir de ahora será distinta. Todo está muy parado, es decir, que habrá que ir tirando como mejor se pueda porque hay cuestiones que nos impone el destino y no son fáciles de solucionar.

P ¿Hasta qué punto ha moldeado nuestras vidas la pandemia?

R ¿Se refiere a si nos ha cambiado el carácter o si ha mostrado aspectos que antes no eran tan visibles?

P Sí..

R A todos nos ha cambiado la vida, aunque en algunos casos de manera traumática por la pérdida de una persona querida... Ese sufrimiento es mayor si tenemos en cuenta las terribles consecuencias económicas que sufriremos todos en los próximos meses.

P ¿Pero realmente se han registrado tantos casos de Jekill & Mr. Hyde como apuntan?

R Yo estoy en el bando de los que creen que la gente siempre trata de hacer las cosas de la mejor manera posible, pero es evidente que somos individualistas y que cuando nos ponen al límite afloran sentimientos que propician que lo colectivo se diluya frente a los intereses personales. En líneas generales la ciudadanía se ha portado bien, pero es evidente que no podemos pedir que todos seamos sumisos, rebeldes o, incluso, que permanezcamos en tierra de nadie.

P ¿Estamos preparados para sobrellevar otro estado de alarma?

R No lo sé... En estos instantes no quiero ni pensarlo, entre otras cosas, porque las heridas aún están recientes. Espero que la recaída no se produzca porque estaríamos de nuevo en el epicentro de un escenario terrible. Los niveles de confianza están al límite...

P Los profesionales como usted tienen en estos momentos un efecto vacuna para impedir que la depresión siga avanzando; algo así como una especie de «flotador» para evadirse de la realidad.

R El humor ayuda a ver las cosas de una manera terapéutica que le quita dramatismo a la vida... Por muy dolorosa que sea la realidad, que lo ha sido, no podemos mortificarnos todo el santo día pensando las cosas buenas que perdimos en medio de una situación dantesca, pero inesperada. No es lo mismo perder a un familiar que dos o tres meses de sueldo, pero en ambos casos hay que dar ese paso al frente que nos permita volver a engancharnos a una vida que será diferente a la de hace unos meses. ¡Toca levantarse!

P ¿No sé si ya ha tenido la ocasión de mantener ese primer vis a vis con el público?

R He grabado algún programa de televisión con el público enlatado, como en los estadios de fútbol, pero no he vivido ese face to face...

P ¿Cómo imagina que será ese cara a cara?

R Distinto y con distancia social... Está claro que nada volverá a ser como antes, pero de alguna forma hay que arrancar ya porque si nos quedamos quietos el sector cultural muere. Quiero confiar en que la normalidad, no la nueva normalidad, regrese en diciembre o enero del año que viene.

P Hoy, más que nunca, hay que apostar por la vieja idea de que el «show debe continuar» («Show Must Go On») que tantos éxitos le ha dado a Queen, ¿no?

R No queda otro remedio... Nosotros vivimos del ocio, más bien de lo que sobra en las economías domésticas. Sabemos que las carteras están tiesas y que las prioridades son otras, pero eso no significa que nos tengamos que rendir ante las dificultades. Nos esperan meses duros, pero nuestra obligación es pelear para volver lo antes posible: con menos público y con menos caché, pero hay que regresar.

P ¿La cultura puede sobrevivir de esos restos?

R Ya lo hacía mucho antes de la crisis y tendrá que hacerlo a partir de ahora. Hasta hace poco hablábamos de globalidad como el modelo ideal, pero la pandemia ha reactivado los localismos -fases de desescaladas- que van a marcar nuestras vidas. De alguna manera habrá que adaptarse a lo que toca.

P ¿Y qué es lo que toca?

R Escapar como mejor se pueda en medio de la inestabilidad; nadie es capaz de desmentir en estos momentos que España está bastante tocada: moral y económicamente fastidiada.

P Bueno, usted lo tiene un poco más fácil por ser el Superagente Makey.

R No crea (ríe)... La película se iba a estrenar en el Festival de Málaga, pero lo impidió la pandemia. Será la primera producción española en cartelera después de la crisis sanitaria y creo que va a funcionar bien. No solo por las buenas localizaciones que logramos en Canarias, sino porque garantiza un rato de risas. Eso, en los tiempos que corren, es un plus. No me extraña que el mundo del cine haya puesto sus ojos en las Islas. Canarias es un gigante al lado del spaghetti western de Almería. Tiene playas, paisajes lunares, bosques, desiertos, buena gente... Y, por si faltara algo, se come de cine.

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