La ópera regresaba anoche a los escenarios para hacer vibrar y sentir de nuevo. El Teatro Real de Madrid abría la temporada operística en Europa tras declararse la pandemia. Y lo hacía entre estrictas medidas de seguridad y distanciamiento, y con una obra, La Traviata, de Giuseppe Verdi, que trata dos temas universales como son el amor y la muerte.
A los fallecidos por la covid-19 dedicaba su primera función la mezzosoprano de Crevillent Sandra Ferrández, la voz alicantina en la reapertura del Real, que aseguraba minutos antes del estreno estar «feliz, emocionada y esperanzada. Sigamos adelante, sin olvidar a los que hemos perdido por el camino. Todas mis funciones son para ellos, para los que no están. Hoy y en cada función, recordaremos a todas las personas que ya no están con nosotros. Va por ellos ¡Larga vida a la música!».
La cantante crevillentina interpreta el papel protagonista de Flora Benoix y participará en todas las funciones. De hecho, el Teatro Real, para compensar la pérdida de aforo, ha programado hasta 27 representaciones de esta ópera en julio. Una al día durante todo el mes salvo los días 6, 20, 30 y 31.
Para llegar hasta el estreno, el camino ha sido «duro, muy duro», explicaba a este periódico la artista crevillentina. Sandra Ferrández pasó los meses más negros de la pandemia en su casa de Crevillent, desde donde tuvo que sacar fuerzas «de muy adentro» para poder colaborar con el Ayuntamiento en una iniciativa que cada día acercaba a artistas locales a las redes sociales municipales. «En esos momentos era muy complicado cantar, me encontraba muy afectada por todo lo que estábamos viviendo», recuerda. Y añade: «Cantar es algo muy íntimo y me costó mucho abrirme al público en esos días tan duros».
El regreso tenía que llegar y llegó anoche, ante un aforo lleno, pero con restricciones. Las medidas de seguridad para la salud de espectadores han sido extremadas al máximo en el Teatro Real, pero también para cantantes, músicos, directores, maquilladoras, tramoyeros... «Solo hemos tenido diez días para los ensayos, por lo que hemos tenido que ensayar muchísimas horas y siempre manteniendo unas medidas de seguridad muy exigentes», explica Sandra Ferrández.
Medidas de higiene
Su entrada al teatro cada día iba acompañada de un ritual. Primero tiraba su mascarilla personal y le suministraban una nueva exclusiva para su uso en el recinto. Después, lavado de manos con gel hidroalcohólico y toma de temperatura. «También teníamos distintos termómetros por el teatro para ir tomándonos nosotros mismos la temperatura. Y la mascarilla la llevábamos hasta el momento en el que teníamos que cantar», expone.
Tampoco podían salir del teatro durante los descansos. «Normalmente vas a la calle, te paseas un poco, tomas un café. Para evitar exponernos tampoco hemos podido tomarnos esas pausas. Y las maquilladoras, por ejemplo, llevan mascarilla y visera, y están continuamente lavándose las manos. Llevábamos mascarilla hasta en el escenario si no te tocaba cantar. Además, lógicamente, hemos mantenido las distancias de seguridad en todo momento».
Las circunstancias que han envuelto el regreso a las tablas del Real han sido muy especiales. «En el ensayo general se dejó sentir muchísima emoción en todos», apunta la artista crevillentina.
Y todo el papel, de momento, está vendido. La reducción del aforo ha llevado a que sea muy complicado conseguir una entrada, pues los abonados tienen preferencia y sí, la demanda es muy alta, el público también quiere regresar a la normalidad.
En esta Traviata, la primera ópera que arranca en Europa tras la declaración de la pandemia mundial, el elenco de artistas, además de Ferrández, está compuesto por Ismael Jordi, Ruth Iniesta-Soprano, Stefano Palatchi, Marifé Nogales, Albert Casals, Tomeu Bibiloni, Isaac Galán, Javier Franco, todos ellos acompañados y dirigidos por el maestro Nicola Luisotti.
Nuevos contratos
La mezzosoprano alicantina contaba este año con un buen número de contratos que se truncaron con la pandemia. La crisis sanitaria le pospuso dos eventos ya cerrados. Uno de ellos, para interpretar El amor brujo y Las siete canciones de Falla en Polonia. El otro, una misa de la Coronación en Alcoy. Pese a ello, hace unas semanas, Sandra Ferrández se mostraba esperanzada en que la reapertura del Real con su papel protagonista fuera la primera de una serie de buenas noticias. Y muy recientemente conocía otra, ya que interpretará el próximo año a Carmen en Sevilla, en el Teatro de la Maestranza. «¿Qué más se puede pedir? Gracias por dejarme interpretar a esta increíble mujer, sensible, libre y fuerte. Allí estaré dándolo todo», señalaba la artista en sus redes sociales.
