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El CVC vincula el progreso en la Vega Baja al desarrollo cultural

El Consell Valencià de Cultura presenta a la Generalitat un informe con 19 propuestas, como la creación del Centro Europeo de Investigación del Agua o la declaración del Bajo Segura como Parque Cultural

Santiago Grisolía, con alguno de los consejeros del CVC, durante el pleno telemático celebrado ayer. información

Los daños sufridos en la Vega Baja como consecuencia de la DANA llevaron al Consell Valencià de Cultura a plantear la necesidad de elaborar un informe sobre el papel que podía desempeñar la cultura como vía de desarrollo para esta comarca. Eso fue en septiembre de 2019. Ayer, nueve meses después y con un breve retraso debido a la situación propiciada por el coronavirus, el pleno de este órgano consultivo aprobó el informe La cultura como elemento de progreso en la Vega Baja.

Un documento de 70 páginas que incluye 19 propuestas para impulsar el desarrollo del patrimonio cultural en la comarca y que fue entregado ayer mismo al presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Entre las propuestas más destacadas, el informe «recomienda» al gobierno autonómico que «promueva y coordine» la declaración de la comarca del Baix Segura como Parque Cultural del Patrimonio de la Comarca, integrado por los referentes que identifican esta zona, «donde se encuentra su patrimonio natural, histórico, artístico, ambiental y paisajístico e intangible».

También propone que se pongan en funcionamiento los mecanismos necesarios para la creación de un Centro Europeo de Investigación para la Gestión Sostenible del Agua. Este espacio «estará dedicado a promover, difundir y divulgar la investigación en la búsqueda de innovaciones en la gestión del uso del agua, así como a la protección, conservación y difusión del patrimonio hidráulico, agrario y cultural de la huerta de la Vega Baja». Así, se propone como sede el Palacio del Marqués de Rafal, en Orihuela.

El documento incluye también la creación de una plataforma de divulgación inteligente del patrimonio de la Vega Baja, «para facilitar una oferta turística global, enlazando el territorio interior de la comarca con las poblaciones de la costa».

Entre las propuestas también destaca la recomendación a la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad para que negocie con Adif la cesión de los terrenos del tramo de la actual línea de cercanías C-1, «para su posterior reconversión en una vía verde central de la Vega Baja».

Pone de manifiesto también la necesidad de que la Generalitat promueva la colaboración con el tejido empresarial de la Vega Baja para «fomentar la cultura en su condición de factor dinamizador del desarrollo social y económico de la comarca». Se plantea además la recuperación de elementos patrimoniales para su reconversión en centro cultural, en el caso de la Iglesia de San Agustín; en museo comarcal, el Palacio de Rubalcava de Orihuela, o la adecuación del Palacio Sorzano de Tejada en Orihuela como museo para la Colección Pedrera.

Este trabajo, respaldado por la Generalitat, se puso en marcha en noviembre de 2019 por un grupo de miembros de este organismo residentes o vinculados a la provincia de Alicante: Irene Ballester Buigues, Begoña Martínez Deltell, Gerardo Muñoz Lorente, Joaquín Santo Matas e Inmaculada Vidal Bernabé, a los que se unió voluntariamente el consejero del CVC José María Lozano Velasco.

«Son propuestas que consideramos pueden servir para proteger y promocionar el patrimonio cultural de la comarca, ayudando a su progreso económico y social, y que no requieren inversiones económicas importantes», asegura el escritor Gerardo Muñoz.

Para la elaboración del informe, se han recabado documentación y datos de diferentes publicaciones, instituciones y expertos acerca de la Cultura en la Vega Baja, contactando con los 27 ayuntamientos de la comarca y reuniéndose con 22 de ellos.

La cultura en tiempos del covid

El Consell Valencià de Cultura expresó en un texto el reconocimiento al papel de la cultura en unos momentos tan complicados como los que atraviesa el país. «En tiempos de desasosiego social, de confinamiento domiciliario, de distanciamiento social obligado, la cultura ha sufrido una grave paralización, cuyas consecuencias habrán de ser analizadas y compensadas, pero también ha demostrado que es un factor importante, casi vital, para el sostenimiento y equilibrio intelectual de las personas, gracias a los medios de comunicación y, sobre todo, de internet».

En esta situación, «no se deberá abandonar el sustrato, la esencia de lo que identifica y dignifica a un colectivo. Y eso no es otra cosa que la cultura en su más amplia acepción», desde la ciencia, el humanismo científico y la investigación, hasta los artistas.

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