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Una exposición secreta y efímera

La sala alternativa La Peluquería inaugura la primera exposición de un solo día en un descampado de Alicante con las pinturas de Segimon Vilarasau

Una de las imágenes con las pinturas de Segimon Vilarasau, instaladas mediante estacas de madera en el lugar elegido para la exposición de La Peluquería. juan F. Navarro

La sala de exposiciones alternativa La Peluquería inauguró ayer su primera exposición al aire libre en un lugar secreto del extrarradio de Alicante -que finalmente fue una zona despoblada ubicada detrás del IES Leonardo da Vinci, en Virgen del Remedio- para un máximo de 20 personas en cada uno de los dos pases que ofrecieron en el camino a la «nueva normalidad».

La muestra, una colección de 25 pinturas del artista Segimon Vilarasau y de título Descampados, ha reunido un conjunto de piezas al óleo que, en coherencia con el nombre de la serie, han sido pintadas por el artista en estos terrenos ubicados en los márgenes de la ciudad y, para culminar, se han expuesto en uno de estos lugares.

La exposición ha sido efímera porque ya no existe, solo tuvo su acto público inaugural ayer accesible a unos pocos espectadores, aunque los artífices de la idea no descartan repetir la experiencia con esta u otras muestras en el futuro «porque mola mucho», según apuntó Juan F. Navarro, responsable de La Peluquería en Alicante, cuya ubicación se mantiene en secreto y a la que se puede acudir mediante solicitud por las redes sociales de la sala.

En este caso, también la localización de Descampados se ha mantenido en secreto y solo se han enviado las coordenadas tras solicitar invitación a través de las redes sociales de La Peluquería (@eslapeluqueria, en Facebook y @lapeluqueria.art, en Instagram) y resolver un acertijo planteado de dos preguntas «muy alicantinas»: una relacionada con el Negre Lloma y otra con el Panteón de Quijano.

Desde hace un par de años, el artista barcelonés de 49 años afincado desde hace 13 en Alicante, Segimon Vilarasau, comenzó a salir los viernes por los límites de la ciudad, allí donde acaba Alicante. En este tiempo se ha dedicado a pintar esos pequeños pleinairs soleados y un tanto desérticos, como es ese terreno que parece quedar fuera de la ley y el uso y poco a poco ha ido recorriendo el perímetro de la ciudad.

«La exposición la hemos montado según el mapa y el recorrido que yo he ido haciendo. Hoy [por ayer] estaba un poco nublado y no se podía ver bien el Cabeçó d'Or o el Maigmó, pero sí se ha visto bastante bien todo el perímetro», explicó el artista, que finalmente realizó caminando ese perímetro durante cinco horas, desde las Lagunas de Rabasa hasta la Albufereta.

«Fue él quien sugirió este modo de mostrar sus piezas, estrechamente vinculado a su proceso creativo», indicó el también artista Juan F. Navarro, que ya había planteado a Vilasarau exponer en La Peluquería pero, dadas las reducidas dimensiones del local, y las circunstancias de la alerta sanitaria, no hacían viable ahora una muestra interior.

La coincidencia fue que Navarro también tenía pensado «hacer algo parecido, ya que hasta no alcanzar la nueva normalidad no podemos hacer exposiciones en La Peluquería porque el local es muy pequeño, y la conexión fue absoluta entre nosotros. Nos llevó a todos los lugares en los que había trabajado y elegimos uno desde el que se ve todo el horizonte».

Vilarasau no sabe aún si abandonará los descampados para pintarlos, pero sí se plantea realizar algo similar con solares o espacios abandonados de la ciudad «puede que ahora -reflexiona- investigue más por dentro, y no tanto en el extrarradio».

La desescalada y la nueva normalidad que está por venir obliga a nuevos formatos expositivos, sobre los que La Peluquería lleva indagando desde principios de la crisis sanitaria de la pandemia. Durante el confinamiento, ha llevado a cabo dos convocatorias artísticas: La ciudad deshabitada, una reflexión sobre el modo en que nuestra existencia se iba a ver trastocada tras la crisis sanitaria, y un catálogo sonoro del encierro.

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