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CORONAVIRUS

Vuelve el calor de los aplausos

ADDA Simfònica celebra el primer concierto con público tras el confinamiento ante 267 personas por las medidas de seguridad

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La Simfònica del ADDA celebra su primer concierto tras la crisis del coronavirus

Había ganas de música, de compartir experiencias, de sentir el calor de los aplausos y de eliminar la barrera de los dispositivos electrónicos. De escuchar con matices y de tocar teniendo enfrente la respiración del público. La orquesta del ADDA rompió ayer una lanza y se convirtió en la primera formación sinfónica completa que recuperaba los conciertos con público en España.

Por eso había mucho que celebrar, pese a que la fisonomía del Auditorio de Alicante y el de la agrupación ADDA Simfònica no era la habitual. Los asientos vacíos, la separación entre los músicos, las pantallas delante de los instrumentos de viento, las mascarillas como complemento y el olor a hidrogel modificaban un paisaje que tuvo como nexo de unión la música de Beethoven, como inicio del ciclo Beethoven 250. Renace la música.

Había ganas y hay. Tanto que son ya 2.000 solicitudes de invitaciones las que se han recibido para asistir a estos conciertos, que tienen como máximo aforo 267 butacas , ya que debe haber tres vacías junto a cada espectador. Así fue ayer, con una separación de dos metros. Algunos de los asistentes acudieron solos, otros en pareja o hasta un máximo de cuatro personas juntas. Antes de entrar, con la mascarilla obligatoria hasta estar sentados, se les tomó la temperatura en la puerta en alguna de las dos cámaras ubicadas en la entrada y se facilitó desinfectante para las manos. Después, cada uno ocupó el asiento que ya tenía preasignado en la reserva por mail. Una protocolo similar siguió el personal de sala, también ataviado con mascarillas.

Los más de 40 músicos de la formación, dirigida por Josep Vicent, salieron al escenario ataviados con mascarillas que colgaron posteriormente en los atriles. La separación obligatoria de dos metros entre ellos y, sobre todo, las pantallas de metacrilato delante de los instrumentistas de viento daban una sensación de distanciamiento que la música disipó en cuanto comenzó a sonar.

Los músicos ya están familiarizados con esta situación pues han vivido los ensayos en los últimos días con estas medidas. Por eso, antes de salir al escenario, aguardaron distanciados sobre las cintas de colores colocadas en el suelo para marcar la separación, tras cambiarse en unos vestuarios previamente desinfectados. Igual que el escenario que se limpia después de cada ensayo y concierto.

La Marcia alla turca Las Ruinas de Atenas y la sinfonía Pastoral, ambas de Beethoven, devolvieron al público las buenas sensaciones que transmite la música, incluso en estas condiciones.

El de ayer fue el primero de los nueve conciertos gratuitos que la agrupación ha programado a lo largo del mes de junio (viernes, sábados y domingos) para que la música vuelva a llegar en vivo a los ciudadanos,

«Es todo un reto poder celebrar este concierto pionero que va a hacer historia por ser la primera audición sinfónica con público que se celebra en España desde que se decretó el estado de alarma», aseguró la diputada de Cultura, Julia Parra, que agradeció a la orquesta «que podamos volver a escuchar en vivo y en directo grandes temas como los que hoy se han interpretado».

Cuando dejó de sonar el último aplauso, la megafonía indicaba el fin del concierto. El público debía permanecer en sus asientos hasta que el personal de sala lo indicase. La salida se hizo por orden, de izquierda a derecha y de arriba a abajo. De eso depende que la música siga sonando y que el público pueda entrar a escucharla.

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