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El Prado vuelve con sus grandes obras maestras

La pinacoteca nacional reabre sus puertas al público el sábado con una exposición histórica que reúne algunas de las mejores piezas de sus fondos

El Prado vuelve con sus grandes obras maestras

El Museo Del Prado condensa las obras maestras de su colección en una exposición única, el Reencuentro: las 250 obras más importantes de sus fondos concentradas en la Galería Central y salas adyacentes, que destilan lo mejor de la pinacoteca, con obras de Goya, El Greco, Velázquez, Rubens o Tiziano.

«Queríamos volver, pero de una forma inolvidable», dice el director del museo Miguel Falomir ante la selección de obras que, bañadas por la luz natural de la sala, pondrán a prueba «el síndrome de Stendhal» de los visitantes, que volverán al museo el próximo sábado 6 de junio.

La ocasión no es para menos, el museo lleva casi tres meses cerrado, el segundo periodo más largo tras la Guerra Civil.

Nada más llegar, la escultura de Carlos V y el Furor recibe al visitante sin su armadura -es desmontable-, un detalle que avisa al público de que lo que está por llegar es una manera «diferente» de ver las obras.

Hasta ella se llega tras pasar un control de seguridad en el que una máquina toma la temperatura (con más de 37,5 no se puede acceder) y un felpudo antibacteriano. El visitante debe mantener la distancia de seguridad y es obligatorio el uso de mascarilla.

La primera sala es casi una exposición en sí misma: reúne en un mismo espacio el Eva y Adán de Durero, La Anunciación de Fra Angélico y El Descendimiento de Rogier Van Der Weyden.

Luego se avanza por una larga lista de obras maestras como El Triunfo de la Muerte de Brueghel, Las Tres gracias de Rubens, Las lanzas de Velázquez (también La rendición de Breda), y en salas adyacentes, Las Meninas o El caballero de la Mano en el Pecho.

También están Zurbarán, Tiziano, Caravaggio, Patinir, Clara Peeters y muchos más. No todas las salas adyacentes están abiertas, pero desde la barrera de prohibido pasar, se pueden ver algunos de las cuadros, como La inmaculada Concepción de Tiepolo y otras piezas maestras.

La reordenación temporal del museo, que abre el sábado solo una cuarta parte de su espacio y con un 30 % del aforo, ha permitido licencias y guiños que de otro modo hubieran sido difíciles.

Las Hilanderas y Las Meninas se reúnen en la misma sala por primera vez desde 1929, y los dos Saturno devorando a su hijo, de Goya o Rubens están juntos por primera vez, también los cuadros que retratan los sucesos del 2 y el 3 de mayo de 1808 en Madrid de Goya.

Se echa de menos el Jardín de las Delicias pero «es una obra tan delicada» que el museo no ha querido moverla, el Bosco está representada con otras obras excepcionales, como el tríptico de La Adoración a los Reyes Magos.

«Por mucho que hayas visto el Prado nunca lo has visto así y probablemente nunca más lo verás así -resume Falomir- (?) Hay mucho yonqui del Prado que tenía síndrome de abstinencia; esto es puro Prado en vena».

El título escogido, Reencuentro, es un guiño no solo al reencuentro con el público, sino también a los orígenes del museo -el año pasado celebró su Bicentenario-. Solo 1.800 personas podrán disfrutar al día de esta exposición. Este fin de semana será de puertas abiertas y después, hasta el 13 de septiembre, la entrada será al 50%.

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