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Punto y aparte

Con la música a ninguna parte

La crisis del covid-19 golpea de lleno a las orquestas alicantinas con la suspensión de la práctica totalidad de las actuaciones de 2020. Los artistas protestan por la ausencia de ayudas, ya que muchos viven de los espectáculos y las fiestas veraniegas

La orquesta La Reina, en una de sus actuaciones. INFORMACIÓN

El escenario se ha venido abajo. El coronavirus ha dejado a orquestas y a empresas de sonido y espectáculos sin trabajo y con la incertidumbre de saber si algún día todo volverá a ser como antes. El sector también carece de ayudas y depende en gran medida de la iniciativa de los ayuntamientos. Las orquestas, los grandes amenizadores de las fiestas veraniegas, se han quedado sin música, con prácticamente todo cancelado y con una sensación enorme de impotencia. La suspensión de las Fallas fue el pistoletazo de salida a la caída en picado de todo tipo de conciertos y festivales. Músicos, técnicos de sonido, hosteleros...un sinfín de trabajos que paran de golpe obligados por la pandemia.

La orquesta La Reina, de Crevillent, ha visto cómo sus contratos se han ido cayendo uno a uno. De un verano lleno de viajes y conciertos por las fiestas y verbenas a la nada más absoluta. «Es un desastre, lo tenemos todo cancelado hasta agosto, pero no tenemos muchas esperanzas de que se vaya a hacer algo después», afirma con resignación José Vicente Salinas, director de la orquesta que ha llegado a actuar incluso en Ibiza, todo un sueño para la empresa crevillentina.

«Queremos ser realistas y sabemos que hasta el año que viene no va a volver a haber nada, si volviera a pasar lo mismo sería un verdadero drama», señala José Vicente, que lamenta la falta de ayudas para poder salir adelante de esta monumental crisis. «Nos encontramos desprotegidos por el sistema, no tenemos ayudas y no hay nada a lo que agarrarnos en estos tiempos», relata el director de una orquesta con nueve componentes. «El problema es que sigue habiendo miedo y no sabemos cuándo se va a pasar, pero es un enorme desastre, a ver cómo evoluciona el virus. Es una cadena porque detrás de las orquestas hay mucha gente detrás en otros sectores que ahora están en el paro», señala José Vicente. Tampoco saben cuándo van a volver a trabajar porque «a nuestro sector es que ni lo mencionan por ninguna parte, parece que no existimos», añade.

La alicantina orquesta Hawaii tampoco está pasando por su mejor momento con una crisis que ha afectado a todo. Su gerente, José Antonio, asegura que han tenido que cancelar prácticamente todo. «Pinta muy mal, solemos hacer en temporada unas 50 actuaciones y la verdad que está casi todo ya cancelado», señala el responsable de la orquesta, que también destaca la ausencia de ayudas del sector. «Los artistas sí que tienen ayudas, pero nosotros nada, no tenemos acceso a ellas», lamenta José Antonio. Su orquesta, con diez personas amenizando los escenarios más cinco técnicos, recalca que todo pinta «muy mal» y tiene claro que se acabarán cancelando todas las contrataciones de este año.

La Orquesta Maxims también ha sufrido los estragos de la situación. La empresa almeriense, habitual en los festejos de la provincia de Alicante, ha tenido que cancelar casi todas las actuaciones previstas este verano. «La única esperanza que tenemos es que aparezca una vacuna porque no sabemos cuándo vamos a volver a actuar», afirma Ana Gallego, gerente de la empresa formada por 22 miembros. Sin contrataciones pero con gastos. Ése es el drama. «Tenemos un autobús para viajar a los conciertos y pagamos 2.000 euros al mes de seguros. Aparte hay que pagar alquileres de locales, sus seguros, etc», afirma Ana, muy preocupada por la situación. «Vivimos de la música y no sé lo que va a pasar ahora porque hay mucha incertidumbre, tampoco nuestro sector cuenta con ayudas», señala la responsable de Maxims, que este año tenía contratadas 70 actuaciones.

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