Ha sido nuestro amigo, ese amigo en la distancia que sabe de ti como si fuese tu compañero de piso. Ha sido el archivo del teatro español, el archivo secreto, porque de todos sabía y de todos callaba. Ha sido el mejor anfitrión que ha tenido Alicante y el peor productor teatral porque le sobraba el corazón que no hay que tener para meterse en negocios que casi nunca lo son. Ha sido el hombre de las mil vidas, el hombre del millón de amigos, el hombre de la azotea en la que se han compartido más paellas del mundo, el hombre que nos hacía reflexionar cada semana con las perlas que remataban sus artículos semanales. Luis de Castro ha sido parte de nuestra historia y sólo hace falta mirar nuestra fototeca para saber que, además de soportar nuestras ocurrencias estoicamente, siempre estuvo en el sitio y en el momento en el que le necesitábamos. Lo echaremos mucho de menos.
