La arquitectura alicantina triunfa en Londres con una apuesta que pone de relieve el lujo espacial y mira hacia el vínculo de las personas con el hogar. La «Casa Mac» del estudio de Novelda La Errería ha entrado en la lista de los diez mejores proyectos arquitectónicos del mundo según el diario británico The Guardian. Este estudio ya recibió en diciembre el prestigioso premio Europan por un proyecto urbanístico que integra a la población de la ciudad noruega de Raufoss con su sector industrial. Esta vez ha sido Rowan Moore, reconocido crítico arquitectónico, quién ha señalado a este trabajo por tratarse de «una buena meditación sobre el refugio, por dentro y por fuera, y sobre el paso del tiempo, por lo que vivir en la casa se convierte en una aventura espacial», define entre líneas en el artículo.
La «cáscara» de esta vivienda es de corte modernista, está en el casco histórico de Novelda y data de las primeras décadas del siglo XX. El reciente trabajo de rediseño es tan meticuloso que da la sensación de que se trata de una casa dentro de otras casas. Cada habitación es una especie de cabaña con techo inclinado colocada a diferentes niveles, y los espacios están comunicados por una escaleras que tienen mucho protagonismo en la estética.
Luis Navarro y Carlos Sánchez-ambos de Novelda, y propietarios de La Errería, son los artífices de esta nueva forma de vivienda «que tiene que ver con el lujo pero no asociado a la nobleza ni al material si no al lujo del espacio, no hay afán especulativo para vender por espacios y colmatar la vivienda», apunta Carlos Sánchez. Este arquitecto indica que este tipo de menciones en medios como The Guardian siempre son positivos ya que «es otra escala, es un ruido de fondo y efecto lavadora que podría servirnos para recibir algún encargo de fuera», explica el arquitecto. Este crucial momento que atraviesa la humanidad por la pandemia de coronavirus está generando incertidumbre en el sector arquitectónico sobre qué pasará después cuando se ponga fin a la crisis sanitaria. Desde el estudio, al menos, esperan poder hacer una lectura pronto pero estos momentos les están sirviendo para afianzar la idea de que «no hay mayor lujo que el aire que respiramos». Por ello, esta vivienda está pensada para reducir la huella ecológica, ya que en este caso se ha apostado por la sostenibilidad y la autosuficiencia.
Los materiales son poco nobles, con suelos como los de un garaje y ladrillos de revestir que se quedan en crudo. A priori podrían parecer elementos de exterior, y en realidad esa es la voluntad del proyecto, que cuenta con un patio que ejerce de colchón climático y permite la intimidad de la calle, según explican desde este estudio. La casa no tiene aire acondicionado pero se mantiene de forma natural al retranquear con patios grandes, a los que acompañan grandes ventanales y una claraboya. «Hoy en día es una garantía de calidad y eso no se puede medir en dinero», asegura Sánchez. Por otro lado, a la escalera «se le da una connotación pública que tiene tanto aire y tiene como dos refugios».
Aunque el proyecto se terminó en 2018 (cuando tuvo una mención de honor en los Premios Bulthaup), desde La Errería explican que el confinamiento ha abierto la puerta a ser conscientes de que puede llegar una nueva enfermedad que obligue a la población a estar nuevamente encerrada en casa, por lo que se deberá tender con el paso del tiempo a un consumo mucho más reducido, es decir, que la vivienda cuente con cualidades que no obliguen a utilizar recursos en exceso, y que se piense antes en rehabilitar antes de tirar.
