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El Prado compró parte del antiguo retablo de la Basílica de Santa María de Alicante

El profesor Alejandro Cañestro descubre que ocho tablas de esa obra, realizada por Rodrigo de Osona en 1480, fueron adquiridas por la pinacoteca nacional en 1941 y 1983

Algunas de las tablas que se encuentran en el Museo del Prado.

Hace una década que el investigador y profesor de la Universidad de Alicante Alejandro Cañestro comenzó a tirar del hilo del antiguo retablo de la ahora Basílica de Santa María de Alicante. Este trabajo ha dado sus frutos, demostrando que parte de esa obra, atribuida al artista Rodrigo de Osona en 1480, se encuentra en el Museo del Prado.

Son ocho tablas del conjunto religioso que ocupaba la pared del altar mayor del templo las que fueron adquiridas por la pinacoteca nacional. Dos de ellas, en 1941 en Londres, tras haber sido vendidas por el Marqués del Bosch. Años después, en 1983, el Prado compró otras seis. Cañestro asegura, no obstante que aún hay cinco que están sin localizar.

El coordinador del Aula de Arte de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante y profesor colaborador del Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la UA, ha dado a conocer el resultado de su investigación en el curso "La Basílica de Santa María de Alicante" que Cañestro imparte online en la Sede Ciudad de Alicante.

Cañestro ha detallado que hacia 1480 se documenta en Alicante la presencia del pintor Rodrigo de Osona (Valencia, 1440-1518), el introductor del Renacimiento en tierras valencianas junto con el italiano Paolo de San Leocadio y el artista más destacado del Reino de València en su época. Osona ejecuta en la entonces iglesia un retablo con escenas de los misterios de la vida de la Virgen, que estaría en el altar mayor. En el banco o predela de ese retablo, irían entre 7 y 9 tablas con motivos de la Pasión de Cristo y en la hornacina principal del retablo, estaría una imagen de piedra de la Virgen.

La importancia y calidad de esta obra queda reflejada en las crónicas de la época y también en el hecho de que el Museo del Prado se interesara por estas tablas sin saber a dónde pertenecía, solo por la firma de quien las había ejecutado.

En 1750, el maestro cantero alicantino José Terol desmontó ese retablo, tras aprobar la junta de parroquia construir uno nuevo, más acorde con los tiempos barrocos. "La Virgen de la hornacina central del retablo se dispuso en el retablo de piedra que hay según se entra a la basílica y que todavía se conserva", explica Cañestro.

Las tablas de Rodrigo de Osona fueron compradas entonces por el Marqués del Bosch, cuya familia tuvo gran presencia en la basílica. Este Marqués las vende y en 1923 las tablas se van a Londres, donde permanecen hasta 1941, momento en que el Estado español compra dos de las tablas (la Natividad y la Epifanía), que se depositan en el Museo del Prado.

En 1983, el Estado compra otras seis tablas que pertenecían al retablo de Alicante. "Son seis tablas que formarían parte del banco o predela del retablo, que también están integradas en las colecciones del Museo del Prado". El investigador añade que "también de Osona es la tabla de los Santos Juanes que, a día de hoy, todavía subsiste en la basílica alicantina".

Cañestro apunta también la existencia de otra tabla, que se encuentra en los fondos del Mubag, y que el profesor Hernández Guardiola atribuyó en los años 90 a Osona "y yo creo que formaba parte del retablo de Santa María".

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