¿En qué ha consistido su trabajo como montador en La línea invisible

He sido el montador junto a Jaume Martí. Desde la primera semana de rodaje estuvimos ordenando todo el material que se iba grabando para darle luego forma a la serie a través de sus seis capítulos. Siempre se dice que una película se escribe tres veces: en el guión, en el rodaje y en la sala de montaje. Hacemos una especie de puzle y tenemos suerte porque somos los que pasamos más tiempo con el director. Él tiene la mirada de la obra y nosotros ayudamos aportando las ideas que nos surgen en la cabeza.

En esta ocasión ha vuelto a trabajar con el actual director de la Academia, Mariano Barroso...

Su fuerte a la hora de trabajar es la dirección de actores, los intérpretes siempre se sienten cómodos con él. En la sala de montaje también ayuda porque buscamos la interpretación perfecta, ver el momento en el que cada actor se muestra más intenso. Mariano Barroso es muy exigente en eso. La espina dorsal de una serie o una película no deja de ser el guion y nuestra trabajo consiste en subrayar eso, en sacar lo mejor del rodaje que estamos viendo a través del monitor.

¿La crisis del coronavirus

El estreno de la serie se ha adelantado unas semanas, Movistar ha querido hacer de esta manera más llevadero el confinamiento. La semana en la que se desató la crisis en Madrid nosotros estábamos terminando, quedaba poco trabajo de postproducción. Ha sido un sprint al final pero hemos llegado bien. Patria, la otra serie sobre ETA que llegará a HBO, sí que se ha visto afectada, nosotros hemos estrenado incluso antes. El coronavirus sí que ha afectado a la promoción, la premier y la cartelería, que han sido digitales.

Los dos primeros capítulos están disponibles en YouTube...

Sí, y en Movistar está la serie completa para los abonados. En total, son seis capítulos de más de 50 minutos. Podemos decir que es una película de casi seis horas. Tiene su parte de ficción y gira en torno al primer asesinato que hizo ETA, al momento en el que dejaron de ser una organización pacifista para entrar en la lucha armada. Atravesaron esa línea invisible para protagonizar la monstruosa historia que hemos vivido todos posteriormente.

Hablaba antes de hacer más llevadero el confinamiento...

La acogida en YouTube ha sido muy buena, muchos espectadores vieron el primer capítulo de la serie al poco de estrenarse esta semana. Todos tratamos de llevar esta situación lo mejor que podemos. Veo bien que Movistar haya decidido adelantar el lanzamiento de La línea invisible porque, cuantas más herramientas tengamos para entretenernos, será mejor para la gente.

¿El debate sobre ETA ya está superado en nuestra sociedad?

El hecho de que se hayan producido al mismo tiempo dos series sobre ETA demuestra que la sociedad española ya se siente libre para hablar de ella en la ficción. Incluso ya se había hecho antes la comedia Fe de etarras. La línea invisible es más particular porque se centra en el primer atentado de la banda. En el momento en el que transcurre la serie ni siquiera estaba generalizado el nombre de ETA. La historia nos lleva a 1968 y está contada sin que se sepa en lo que se va a convertir después el grupo ni las vidas con las que va a acabar.

¿Qué ocurrió en 1968?

Es el momento en el que ETA deja de ser lo que era una especie de sindicato que defendía unos objetivos para abrazar la violencia. Se trata de gente que arranca de una forma, con parejas, profesiones y ambiciones legítimas, y se transforma para adquirir un tono oscuro, hasta que llega el primer crimen de la banda. La serie plasma una tragedia en la que todo lo que ocurre es malo y negativo. El punto fuerte del guion es que te va contado todo esto a través de la evolución de los personajes, más que con los hechos. Hay más intriga que información porque los hechos que narra ya son conocidos.

En un momento tan particular como el actual, ¿puede hablar de proyectos de futuro?

Lo más importante de momento es mantener la salud. Sigo dando clases en la UMH, en la que llevo la Cátedra Gudie Lawaetz de cine tras haber pasado cinco años al frente de la Cátedra Misteri d'Elx. Estoy contento con el trabajo que hice con la del Misteri porque ahora tiene más actividad y es más conocida. Y en la de cine siento que hay mucho terreno por recorrer. Estas son mis dos grandes pasiones y, al final, las dos están relacionadas.