«¿Y por qué no tener un motivo cada día para conectarse a un poema?», se preguntó el escritor José Luis Ferris cuando su hija propuso grabarle para mostrar en las redes sociales cómo los escritores pasaban su confinamiento en casa. Así comenzó Ferris cada mañana en sus redes, a las 10 horas, el recitado de un poema diario, cuyo único requisito es que dure menos de un minuto «y que no sea negativo ni desesperanzador, algo que no es fácil porque en el 90 por ciento de la poesía se escribe desde la tristeza, pero buscando poemas me he ido haciendo una buena colección» explica el autor que, tras leer los versos, los comenta con el público.

El pasado domingo empezó a crear esta antología particular «y cuando al final nos podamos abrazar y besar sin tregua y sin leyes -explica- tendremos una colección de esos poemas que nos ayudaron a resistir, a confiar en la vida y a espantar el miedo. Cada día un poema hasta que esto termine».

«Cuarto día de aislamiento. Seguimos bien». Con este encabezamiento Ferris recitó el lunes el primer poema - Viceversa, de Mario Benedetti-, que comienza así: «Tengo miedo de verte/ necesidad de verte/ esperanza de verte/ desazones de verte...». A Benedetti le siguió Paca Aguirre y Nunca os diré que sí, luego Walt Whitman con En este momento, Vida de Alfonsina Storni, y ayer compartió Ahí mismo, de Claudio Rodríguez.

Y así seguirá con la poesía como antídoto a la desazón del confinamiento. «Es como el diario del Nautilus, como una píldora que compartes con la gente y tiene efectos balsámicos. Poemas para un tiempo de amor y resistencia».

De momento, en tres días ha reunido 505 seguidores y generado 300 comentarios.

Raquel López, escritora y narradora oral, empezó también el pasado domingo un ciclo de cuentos para familias en Instagram. «Yo creía que iba a estar conectada solo mi madre y teníamos a 400 personas esperando antes de empezar», destaca la autora, a quien Casa Mediterráneo le propuso ofrecer una nueva ventana online a la cultura con un cuento al día, a las 12.30 horas, dirigido a público joven y relacionado con mitos del Mediterráneo.

«Son cuentos de las dos orillas, sin fronteras, como el coronavirus, cuentos populares o versiones de distintos países», explica quien cada día narra uno en directo a través del canal de YouTube e Instagram @soyraquelopez. Entre otros, ha contado La niña de los tres maridos, un texto popular que procede de Indonesia -«y con final bueno», aclara- o El pozo de Aguamarga, del autor y profesor alicantino Matías Aparicio Simón, «un cuento del desierto como el que tenemos enfrente cuando nos asomamos por la ventana».

En tres días, 3.000 visualizaciones. «La gente lo agradece, dicen que se les queda corto», indica.

La actriz y profesora de interpretación Coral Pastor, también usa el cuento «como elemento catárquico, liberador y terapéutico» contra el encierro y ha creado un Encuentro Global de Microcuentos Online donde ya hay varias historias colgadas (www.coralpastor.es) «para provocar el disfrute tanto en quien cuenta un cuento como en quien abre el video y lo escucha».

El propósito es sencillo: «Que la gente se exprese y se comunique a través de esta herramienta que desde la infancia nos produce tanto placer y que es un divertimento», indica Pastor. Ella, que habitualmente trabaja con cuentos, recomienda uno: Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola.