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Jordi Franch, un dibujante único que sale del olvido

Una monografía recupera al artista de San Vicente que publicó sus cómics en Europa y Estados Unios

Jordi Franch en su casa de Sant Vicent en los años 60.

Jordi Franch fue uno de los más brillantes autores españoles de cómic de los años 60 y 70 del siglo pasado, además de un magnífico pintor, y junto a su maestro Jordi Langarón, los únicos dibujantes españoles que consiguieron realizar tiras para la prensa diaria de Estados Unidos. Pero su prematura muerte a los 44 años, en 1980, sumió su obra en el olvido.

Un número monográfico de los Cuadernos de la Memoria de San Vicente del Raspeig, elaborado por el publicitario, dibujante y gran aficionado a las historietas Miguel Poveda -que se presenta la tarde del martes en la sala de exposiciones del Centro Social de esta localidad- trata de recuperar la obra de un artista con una calidad gráfica incuestionable, que fue muy apreciado en Europa y al otro lado del Atlántico.

«Los dibujantes españoles llevaron modernidad al cómic inglés, el estilo español arrasaba en sus revistas», recuerda Poveda, quien con 16 años acudía con sus amigos a dibujar a casa de Franch, un bajo en la partida sanvicentera de Torregroses que se convirtió en en centro de reunión de importantes artistas plásticos del momento, como Gastón Castelló, su hermano Rossend Franch y otros integrantes del llamado Cercle Laguart: Díaz Azorín, Javier Lorenzo, Rafael Martínez Baeza, Llorens Ferri Mario Aura, Ale o Palazón Olcina.

La idea de Poveda de reivindicar a Jordi Franch surgió en la pasada edición de Unicómic, donde ya presentó una ponencia, embrión de este Cuaderno de la Memoria que se publica coincidiendo con el 40 aniversario de su desaparición.

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El arte del dibujante alicantino Jordi Franch

«La enfermedad truncó el salto cualitativo que se estaba gestando de manera evidente en la carrera de Jordi Franch», escribe Poveda. De no haber muerto, «Jordi habría seguido la senda que otros dibujantes emprendieron en la década de los ochenta: trabajos más personales y enriquecedores desde el punto de vista de la autoría. (...) eso ha impedido que Jordi Franch aparezca en el listado de autores más conocidos del mundo del cómic español. Pero su fallecimiento prematuro no justifica que se olvide la calidad de su obra», recalca.

Elegante y moderno

En los años 60, Gran Bretaña era el mayor productor de cómics del mundo y allí pusieron sus ojos un buen puñado de autores españoles que, aunque dibujaron para revistas de temática bélica, del oeste o de aventuras, se especializaron en revistas de contenido romántico. Y curiosamente los españoles, con Franch en vanguardia, crecidos en un país conservador y puritano, renovaron el estilo británico, anticuado y de personajes poco expresivos, aportando «un dibujo atractivo, moderno y sosfisticado que reflejaba a la perfección la emergente cultura de los adolescentes», afirma David Roach, autor de Maestros españoles del arte del cómic.

El estilo de Franch era elegante, preciso y repleto de detalles, tanto en blanco y negro como en color, y su expresividad entroncaba con los postulados del pop art. Dibujó para Hazañas Bélicas, Azucena, Guendalina y Rosas Blancas en España pero ya con 25 años, a principios de los 60, gracias a la agencia Selecciones Ilustradas, comenzó a publicar en revistas románticas inglesas como Valentine, Marilyn y Roxy, historietas que arrancaban en la portada, «señal inequívoca del atractivo de su dibujo y del reconocimiento por parte de los editores», apunta Poveda.

Años después le fichó la agencia Bardon Art y sus creaciones llegaron a Mirabelle, True Life Library o Star Love Stories. Y a principios de los años 70, tras su fichaje por la estadounidense Chicago Tribune, publicó una tira diaria, Secret Heart, en varios periódicos norteamericanos, entre ellos Detroit Fre Press, durante 14 semanas. Y todo ello desde su casa de San Vicente, adosada a la de su hermano Rossend, también pintor y a quien igualmente homenajea Poveda en su cuaderno. En 1976 realizó la adaptación al cómic de la popular serie de televisión Emergency!. Luego llegó otra tira diaria titulada The Executives para la prensa británica; las series Loney Lucy y Peril on Paradise Island para la revista de terror y suspense Spelbound y , ya finalizando la década, Garden of Evil para Misty y Nightmare para Mates, hasta meterse en el mercado holandés donde publicó en la revista Tina. «Su última historia en esta cabecera fue For the Love her Pony, finalizada por su hermano Rossend», explica Poveda, para quien Franch y Fuentes Man fueron los dos grandes dibujantes alicantinos de los años 50 y 60. «Jordi era un aglutinador, una persona tremendamente generosa y con el aniversario de su fallecimiento es justo acordarnos de uno de nuestros dibujantes y pintores más importantes y de su hermano Rossend», subraya el autor de esta monografía que ha sido editada por el Cercle d'Estudis Sequet però Sanet y el Ayuntamiento de Sant Vicent del Raspeig.

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