Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un recorrido mitológico por Alicante

El profesor Antoni Biosca elabora una guía didáctica para reconocer la huella de la cultura clásica en un paseo por el centro de la ciudad

Talía, protectora de las artes, en el monumento a Arniches en Canalejas. antoni biosca

La flauta de Pan en el parque de Canalejas, el Vellocino de Oro en la fachada del Ayuntamiento, el Cuerno de Amaltea en el Panteón de Quijano, las Hespérides en la fuente de Luceros... Monumentos y numerosos edificios civiles de la ciudad de Alicante están llenos de elementos mitológicos que, sin ningún letrero que así lo reconozca, pasan inadvertidos para la mayoría de la población.

Este vacío puede cubrirse con la guía didáctica que el profesor de Filología Latina de la Universidad de Alicante Antoni Biosca i Bas, con ayuda de sus hermanos Manel y Luisa, han elaborado y publicado en la revista La Rella, que edita l 'Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó. En este artículo de 26 páginas los hermanos Biosca trazan un recorrido por el centro de la ciudad y se fijan en 19 elementos mitológicos que aparecen tanto en grandes conjuntos escultóricos como en pequeños detalles de edificios. La mayoría son esculturas decorativas realizadas en los siglos XIX y XX, herederas de la cultura clásica grecolatina.

«Estos elementos se pusieron donde se pusieron para que la gente los reconociera y los entendiera, todos tienen un porqué. La cultura clásica estaba entonces más generalizada y eso es algo que ahora se ha perdido», considera este experto en lenguas clásicas cuyo propósito al elaborar dicha guía era «explicar algunos de esos principales símbolos de la mitología clásica que se ven desde la calle, sin tener que entrar en ningún edificio, y saber por qué están ahí».

Elementos frecuentes

Solo en el centro de Alicante hay una veintena de elementos reconocibles -«hay más, pero estos son visibles», aclara-, algunos de los cuales se repiten en varios edificios, como Atlas (un titán de la guerra contra los dioses castigado a sostener la cúpula del cielo, que representa la firmeza de los edificios), que aparece en un edificio de la calle Villegas, cerca de Bailén, donde se encuentra el Colegio de Notarios, pero también en la fachada posterior del Ayuntamiento o en la basílica de Santa María. O los faunos (seres fantásticos relacionados con el campo a quienes los agricultores tenían respeto) que figuran, por ejemplo, en la fuente de La Aguadora de Gabriel Miró «representando el triunfo del agua frente a la sequedad de la tierra» justo en el lugar que celebra la llegada del agua corriente a Alicante, por lo que «se entiende muy bien el símbolo de Bañuls, que también aparece a los pies de los caballos de la fuente de Luceros», explica.

También Mercurio o Hermes, que simboliza el progreso, el comercio, los viajes, se encuentra frecuentemente representado en la iconografía alicantina con su imagen en la parte de las aduanas del Puerto, al igual que en el castillo de Santa Bárbara y en la escultura de José Canalejas, ya que este dios benefactor suele acompañar a monumentos de políticos o comerciantes como ejemplos del avance de la civilización.

Otros símbolos más evidentes, como el ave Fénix, que refleja el resurgimiento tras un desastre, ha sido utilizado por empresas de seguros como La Unión y el Fénix, fruto de la fusión de dos empresas, que construyó el edificio de la Rambla en la esquina de la Explanada y cuya imagen corona la cúpula.

También los hay menos reconocibles en el lugar donde se encuentran, como Temis, habitual en los palacios de justicia, que destaca en un edificio de la calle Bailén porque fue levantado por la empresa de seguros La Equitativa. O los grifos (protectores de tesoros, como los jarrones del dios del vino, Baco) existentes en el portal de una vivienda en la plaza de Balmis que antiguamente albergó una bodega.

«Todo se puede ver en un paseo por el centro de Alicante de unas dos horas y media, están totalmente a la vista porque se colocaban para ser vistos», apunta Antoni Biosca, que hace unos meses guió a un grupo del centro de formación del profesorado (Cefire) tras impartirles un curso y quizá repita la experiencia.

Rutas en otras ciudades

«Yo tengo mi trabajo en la Universidad de Alicante pero estos itinerarios mitológicos se realizan desde hace tiempo en ciudades como València, Barcelona o Madrid. El peso de la tradición clásica es enorme durante la Edad Media o el Renacimiento y siempre se ha conocido su simbología, aún usamos al hablar expresiones de esa cultura clásica heredada, como perder el hilo -del hilo de Ariadna que utilizó Teseo para salir del laberinto de Minos-», argumenta Biosca i Bas.

El especialista cree que esta ruta en Alicante puede servir para derribar prejuicios y «dejar de creer que vivimos en una ciudad donde no hay nada. Tenemos personajes que cuentan más de dos mil años de historia, que es bueno recordar. Hay que luchar contra esa mentalidad y tener un poco de conciencia de ciudad».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats