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Moncho Borrajo: «Estoy contento de ser ese Pepito Grillo que da el coñazo»

El viernes actúa en el Aula de Cultura de Alicante y el sábado en el Gran Teatro de Elche

Moncho Borrajo: «Estoy contento de ser ese Pepito Grillo que da el coñazo»

Cree que el humor es terapia y «un arma» para los pobres. Moncho Borrajo selecciona sus mejores gags y recorre los escenarios repartiendo risas con Borrajo perdido. Hoy lo hace en el Aula de Cultura de Alicante y mañana en el Gran Teatro de Elche.

P Moncho Borrajo ha sido siempre el más díscolo de los humoristas y el más atrevido. ¿Le han quitado el puesto?

R No. Yo pienso que cada uno tiene el sitio que le corresponde y que la vida también hay que tomarla como viene. Ahora tengo 70 años, no puedo tener la misma repercusión que en los años 80, pero dentro de los monologuistas me siento muy respetado y querido. Lo que pasa es que mi concepto de humor es políticamente incorrecto y no se lleva. Yo me siento muy contento de ser ese Pepito Grillo que todavía da el coñazo. Sobre todo por las redes. Me han venido muy bien porque no pueden silenciarme.

P En Borrajo perdido selecciona lo mejor de su carrera. Fácil no habrá sido...

R Realmente es como una protesta porque el espectáculo empieza que no puedo hablar de nada ni de cojos ni de altos ni de bajos ni de mujeres ni de homosexuales y hablo de la mierda porque la mierda no se queja. Además a la entrada hay una urna para que la gente elija entre diez monólogos míos los que quiere ver. Los elegí por ser los que mejor habían funcionado y los que tuvieran menos parafernalia.

P ¿Y por qué esta Borrajo perdido?

R Porque hemos puesto a los políticos en el lugar de las estrellas de rock en vez de en el de empleados nuestros, que es lo que son. Me quejo de que la gente vote con el corazón y no con la cabeza, me quejo de la censura, de la falta de respeto...

P ¿Cuáles son los que más elige el público?

R Pues la historia de los Reyes Católicos, también El adosado... El humor es un arma de los pobres contra el rico, siempre se ha basado en la crítica al prepotente. Toda la gente que se ha vestido de pobre, como Chaplin o Cantinflas, ha sido para reírse del poder no del pobre.

P ¿Ha cambiado el público en cuanto a lo que le hace gracia?

R Sí , yo he sido siempre una persona que ha utilizado palabrotas y ahora menos porque hay que ser Teresa de Calcuta. La gente se ha concienciado más de ciertas cosas, el humor de burla no funciona, el humor machista molesta mucho... aunque también es cierto, y hay que decirlo en cursiva, estamos teniendo una piel muy final. El otro día conté un chiste de maricones y una señora me llamó homófobo. A mí... tiene coña.

P ¿Lo políticamente correcto es también una forma de censura?

R Sí, claro. Lo peor que puede tener el ser humano no es la censura, es la autocensura porque tú mismo te castras. En el franquismo yo cantaba canción protesta y mis letras pasaban la censura por el doble sentido. Pero la autocensura es terrible. Hay una frase que me dicen mucho, dicen que hago humor inteligente, pero yo siempre digo que en realidad el inteligente es el público.

P ¿A usted quién le hace gracia?

R Los niños. Me encantan. Sueltan cada una... Los niños y los abuelos. La ironía que tienen los viejos es maravillosa.

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