Su incursión en el terreno literario la asume «con mucho respeto». Pero hacerlo resulta inevitable cuando el objetivo es hablar de su trayectoria y, al mismo tiempo, del discurrir histórico de la ilustración. Miguel Calatayud (Aspe, 1942), galardonado en tres ocasiones con el Premio Nacional de Ilustración y candidato por España al Premio Hans Cristian Andersen en 2000, ha aceptado el reto que le puso ante los ojos la editorial Kalandraka y prepara un libro en cierto modo autobiográfico y de reflexión.
La estructura parte, por elección del artista, de un trabajo común realizado con el autor Carlos Pérez, Kembo, y las conversaciones entre ambos en torno al mundo del álbum ilustrado, recogidas en una entrevista conjunta para una revista de diseño. Aunque Pérez falleció en 2003, Calatayud ha elegido su figura como eje sobre el que desarrollar el contenido de las páginas de este volumen.
«Partiendo de ahí propuse a Kalandraka configurar el libro como una entrevista entre los dos, a él le hubiera gustado. Pedí autorización a la familia y estuvo de acuerdo», asegura el ilustrador, que considera este formato «una especie de juego».
De esta forma, se incluye un extracto de esa entrevista, pero añade anotaciones, vivencias de un viaje que hicieron juntos y comentarios sobre la profesión. «De alguna manera introduzco mi vida personal, cosas incluso desconocidas para Carlos porque nunca hablé con él de mi infancia, pero aquí me parecía interesante porque quería abordar cuestiones como la vocación y cómo me decido a dedicarme a dibujar para libros».
Aunque no destaca del contenido el aspecto autobiográfico, aborda su propia evolución a través de ilustraciones significativas que han marcado su carrera. «La seguridad que tengo al dibujar, en la escritura son todo dudas, revisiones, anotaciones; encuentro siempre errores, pero la parte curiosa es que me permite revisar mi propia obra y además me siento en compañía de Carlos porque tengo la oportunidad de reflejar nuestras conversaciones».
Miguel Calatayud espera que el volumen, que tendrá unas cien páginas, vea la luz para marzo o abril. «Hay una estructura de capítulos y cada uno tiene un título, aunque el del libro aún no lo he decidido», afirma el dibujante que ya está ultimando el trabajo.
Kalandraka pensó en este proyecto cuando descubrió un libro a modo de entrevista y de revisión del trabajo propio, del ilustrador italiano Roberto Inoccenti. «La editorial decidió que abriera yo esta colección sobre el trabajo de ilustradores y escritores dentro del mundo de los libros infantiles y álbumes ilustrados», destaca el autor del exitoso El pie frito (Ediciones De Ponent). «El objetivo de la colección es recoger testimonios de gente que de alguna manera renovó o contribuyó al entendimiento de la nueva literatura infantil».
Además de este volumen nuevo, Kalandraka quiere reeditar Kembo y también la obra Datrebil. 7 cuentos y un espejo, con textos de Miguel Obiols, libro editado en 1988 y descatalogado. «Es una curiosidad porque hay una hoja que lleva un espejo y para leer determinadas páginas hay que verlas reflejadas ahí».
Para Calatayud, «estamos en un momento especialmente interesante porque se produce mucho y con mucha calidad; a la ilustración se le tiene ahora una consideración que nunca tuvo antes, ha entrado en el circuito de los premios nacionales con una valoración paralela a las artes tradicionales».
