Según fuentes de la Generalitat, la titular de ese departamento, Alicia de Miguel, anunció hoy que en once meses "han participado sesenta centros de la Comunitat Valenciana, de los que han asistido 1.223 personas discapacitadas, 78 de ellas en silla de ruedas".

La consellera explicó que los usuarios del Programa de Ocio Ecuestre, que cuenta con un presupuesto superior a los 22.500 euros, tenían todo tipo de discapacidades físicas, mentales y trastornos de conducta.

De Miguel realizó estas declaraciones durante la inauguración del I Foro Europeo de Terapias Ecuestres, en el que aseguró que "una sesión de equinoterapia rompe el aislamiento de la persona con discapacidad y mejora su nivel de integración".

En este sentido, la titular de las políticas sociales del Consell señaló "la importancia de impulsar, desde la Generalitat, una terapia alternativa y de ocio de calidad para la integración de las personas con discapacidad, ya que son personas capaces a las que debemos apoyar para que desarrollen al máximo su potencial".

De Miguel añadió que la terapia con caballos está considerada como un tratamiento alternativo, pero también complementario, a los que se utilizan habitualmente.

Además, durante el pasado ejercicio, se ofreció terapia a otras 32 personas con discapacidad psíquica y trastornos físicos, pertenecientes a diferentes centros dependientes de la Conselleria, a través del IVADIS, y en colaboración con la Fundación para el Desarrollo y la Cultura Ecuestre (FUNDECE); y de la Asociación Valenciana de Terapias Ecuestres (AVTE);, organizadora del Foro.

La terapia, que consiste en cuatro líneas de actuación, comienza con el conocimiento de las instalaciones y el cuidado de los caballos para que los jóvenes tomen un primer contacto con los animales, a los que dan de comer, les acarician y les peinan con el fin de que los participantes adquieran seguridad.

Después se realiza una vuelta en un carro tirado por caballos para aumentar la confianza, el interés, la integración y la socialización de los jóvenes.

Más tarde, el monitor entrega un animal a cada uno de los jinetes para que lo cojan por las riendas, caminen junto a él, lo lleven a beber agua y lo paseen dando vueltas en círculo.

La terapia concluye con la monta a caballo, que consigue reforzar la autoestima de los participantes.

Después de cada estancia, los usuarios rellenan unas encuestas de las que se desprende que estas actividades son muy bien valoradas por la mayoría de participantes.

Así, el 75 por ciento de usuarios está "muy satisfecho" con las instalaciones, ya que son accesibles y adecuadas, sobre todo, al ubicarse en bosques, en lo alto de la montaña o con vistas al mar.

Los monitores también han recibido una calificación "muy buena" por el 75 por ciento de las personas que se han beneficiado de las terapias ecuestres de la Conselleria de Bienestar Social.