Tercera Setmana ya es historia. La Avetid (Asociación de Empresas Productoras de Artes Escénicas del País Valenciano), organizadora del festival, anunció ayer en un comunicado que baja el telón de este encuentro por la falta de compromiso institucional que garantice la continuidad y la realización de proyectos.

«Desde el principio hemos trabajado por conseguir la complicidad entre diferentes instituciones y con carácter plurianual», asegura Tomás Ibáñez, director de Tercera Setmana junto al ilicitano Paco Maciá. El festival debía alcanzar el próximo mes de junio su quinta edición, cuarta desde que extendió su programación a las tres provincias de la Comunidad Valenciana, «algo que ha posicionado el festival en el resto del Estado porque no es habitual».

El mayor escollo para la continuidad es la «imposibilidad» de trabajar en una programación anual cuando «hasta finales de marzo no sabemos el presupuesto con el que vamos a contar en un festival que se celebra en junio». Para Ibáñez, «los apoyos son anuales y se confirman en las puertas del festival y así no podemos emprender proyectos internacionales... no podemos dedicar el 90% del tiempo a buscar financiación».

Ahora, afirma, «deberíamos estar pendientes del presupuesto para la edición de 2021 y tendríamos que estar trabajando con esas miras, pero ni siquiera sabemos qué podríamos hacer en 2020 y eso no tiene sentido, es imposible cerrar ningún acuerdo de coproducción ni nada; no se puede trabajar a dos meses vista».

Tercera Setmana, creado por Salva Bolta que lo dirigió en las dos primeras ediciones, se ha convertido en un elemento vertebrador de toda la Comunidad a través de las artes escénicas y en estos cuatro años ha programado alrededor de 300 actividades, con más de 200 funciones en teatros, espacios públicos y otros lugares no habituales para las artes escénicas.

Sin embargo, la implicación institucional no ha sido suficiente. «Las instituciones no han sabido valorar la importancia de un encuentro de estas características para nuestras artes escénicas y su proyección tanto en nuestro territorio como a nivel nacional e internacional».

En la última edición, contó con 325.000 euros sumando medio centenar de colaboradores. El Institut Valencià de Cultura, organismo autonómico dependiente de la Conselleria de Cultura, aportó 50.000 euros, mientras la Diputación de València presupuestó 40.000 y el Ayuntamiento de Castellón, 30.000. No ha sido similar el apoyo de las instituciones alicantinas, ya que el del Ayuntamiento de Alicante se cifró en 4.000 euros, «la colaboración no ha sido clara ni contundente», destaca Ibáñez, que asegura también que la Diputación de Alicante «nunca ha tenido el más mínimo interés en participar». También recordó un espectáculo de circo acuático para el que se solicitó la colaboración de los puertos de las tres provincias. «En Alicante y Castellón no dieron opción, directamente dijeron que no».

Tercera Setmana trajo a Alicante en 2017 tres espectáculos de calle, incluido Mulïer, de Maduixa, premiado con dos Max, y uno de sala; en 2018, fueron tres de calle ( Su à feu, de Deabru Beltzak; Cubulto, de los franceses Mauvais Coton, y Flux, de Zanguango) y dos de sala, y este año, tan solo uno de calle y uno de sala (Celebraré mi muerte, de Teatro del Barrio). «En Alicante no hemos podido desarrollar el proyecto que queríamos porque las colaboraciones municipales no han sido claras y contundentes».

El director del festival agradece el apoyo de «patrocinadores y colaboradores» que han mostrado su «compromiso claro» con el proyecto, como la Agencia Valenciana de Turismo, «que siempre nos ha apoyado, igual o más que el IVC, pero creemos que no es este departamento el que debe tirar del carro».

Tomás Ibáñez espera que «las circunstancias y las instituciones» hagan posible la continuidad de este u otros proyectos «porque las artes escénicas valencianas lo necesitan».