Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La historia sumergida de la I Guerra Mundial en la Vega Baja

El MARQ documenta por primera vez tres barcos hundidos en 1917 y 1918 frente a las costas alicantinas, que se han medido, posicionado y registrado gráficamente para la Carta Subacuática de la Provincia

Parte de la proa del buque S.S. Glencliffe, hundido en abril de 1917, con el cañón al fondo. josé luis márquez

Los submarinos alemanes ubicados estratégicamente causaron estragos en las embarcaciones que durante la I Guerra Mundial transportaban mercancías frente a las costas alicantinas. Tres de ellos, el S.S. Mardinian, el Ville de Verdún y el S.S. Glencliffe fueron torpedeados en 1917 y 1918, y hundidos por el ataque alemán, y desde entonces sus restos permanecen frente a las costas del sur de la provincia.

Dentro del proyecto de actualización de la Carta Subacuática de la Provincia de Alicante, que lleva a cabo el MARQ, se han centrado los esfuerzos en documentar e inventariar el patrimonio sumergido en las costas de la Vega Baja. Las prospecciones realizadas en esta área con anterioridad determinaron el mal estado de los yacimientos arqueológicos subacuáticos, por lo que en esta segunda fase se introdujo como novedad prospectar a partir de 40 metros de profundidad, gracias a la tecnología de un sónar de barrido que ha recorrido una superficie equiparable a 1.370 campos de fútbol y la recogida de imágenes con el vehículo subacuático de control remoto ROV.

La búsqueda, dados algunos hallazgos fortuitos de pescadores, se centró en localizar el pecio de Cabo Cervera en Torrevieja y el pecio de los cañones, además de varios vapores hundidos durante la I Guerra Mundial. Con los dos primeros no ha habido suerte, pero los barcos del siglo XX sí se por lo que se han podido documentar, registrar gráficamente y determinar su localización, además de su grado de conservación.

«Había bastante documentación sobre esto tres barcos, pero no teníamos determinado con seguridad dónde estaban ni teníamos imágenes realizadas por técnicos», apunta el arqueólogo del MARQ Rafael Azuar, responsable de este proyecto. «Ahora con la tecnología hemos podido documentar todo, localizarlo y también identificar si los restos encontrados pertenecían al barco que pensábamos».

Del cañón al mástil

El Mardinian era un carguero británico de 95 metros que realizaba la ruta Calcuta-València-Londres con una carga de naranjas, entre otras cosas. Un torpedo del U34 lo hundió el 19 de mayo de 1917 y ahora se encuentra a 54 metros de profundidad frente a las playas de la Marina. Se ha comprobado que conserva gran parte de su estructura y un mástil de popa en su sitio original, mientras el otro está caído sobre la cubierta.

El vapor francés Ville de Verdún fue hundido cuando hacía la ruta Dakar-Marsella en 1918. Se encuentra a una profundidad de 55 metros en la costa de la Mata, volcado de costado, aunque conserva gran parte de su estructura.

En abril de 1917 fue torpedeado el S.S. Glencliffe, barco inglés que iba de Clyde a Génova cargado de carbón. Los restos se hallan a 81 metros cerca de Tabarca y se ha podido filmar por primera vez parte de su cubierta y los elementos que se conservan. Entre ellos, un cañón montado en la proa, lo que confirma que estaba armado.

El estado de conservación de los tres barcos es bueno, «aunque tienen bastantes redes por encima», y lo que se ha hecho es «posicionarlos con el GPS diferencial y corregir las cartas», destaca Omar Inglese, uno de los arqueólogos que ha trabajado en este proyecto, ejecutado por Mediterráneo Servicios Marinos.

La costa alicantina, que está «muy esquilmada», según Rafael Azuar, no solo por los efectos naturales sino también «por la reposición de arena de las playas o la creación de puertos», tiene registrados un centenar de pecios hundidos, «de todas las cronologías», cifra que puede ir ampliándose con base en los resultados de los trabajos que se vayan realizando. Eso demuestra que ha sido siempre «una zona muy comercial».

Para el director técnico del MARQ, Manuel Olcina, estos trabajos son «importantísimos» porque hay pocas prospecciones de estas características en activo. «Es una recogida de información que sirve además de para localizar los pecios y estudiarlos, para proteger los fondos marinos».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats