El abogado y exdiputado del CDS por Alicante Rafael Martínez-Campillo es la última incorporación al nuevo patronato de la Fundación MARQ, que se constituye hoy, dentro de los representantes de reconocido prestigio elegidos por acuerdo plenario o, en su caso, a propuesta del presidente del patronato y de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón.

Mazón ha querido que Martínez-Campillo (Orihuela, 1953), diputado en el Congreso entre 1986 y 1993 y estrecho colaborador de Adolfo Suárez, se integre como patrono en la Fundación del Museo Arqueológico de Alicante y aporte sus ideas, dada su reconocida trayectoria como abogado urbanista y como miembro activo de la historia política de la provincia. Es la única persona que ha propuesto el presidente.

El abogado oriolano -que participa también en el grupo de trabajo del Consell Valencià de Cultura que elaborará un estudio sobre la cultura como factor dinamizador de desarrollo de la Vega Baja- agradece el «acto de magnanimidad» de Mazón en su designación como patrono del MARQ: «Me hace mucha ilusión y estaré encantado de aportar lo que pueda».

Martínez-Campillo considera que el museo alicantino cuenta con una trayectoria «más que solvente» y es «un elemento de prestigio y de solidaridad en la provincia», un museo puntero en España y un «gran foro en materia arqueológica».

«El MARQ está tomando el camino que los grandes museos del mundo emprenden desde hace años, sobre todo desde el siglo XXI, como foros abiertos y elementos didácticos para la sociedad en la que viven, y eso en el caso del MARQ es muy notable», explica, tras defender el potencial de la provincia de Alicante y «su capacidad para liderar varias materias, una de ellas, sin duda, la cultural y social».

«Alicante debe ejercer esa capacidad de liderazgo respecto de toda la provincia desde el punto de vista de la autorita, para integrar a una provincia, a veces un poco dispersa, que cada vez debe estar más unida dentro del contexto general de la Comunidad Valenciana y de España», destaca Martínez-Campillo, quien observa «una inmensa capacidad en materia cultural» y ese acervo «hay que trasladarlo a los caminos de futuro que existen entre cultura y desarrollo, que es uno de los grandes objetivo de la agenda 20/30. La provincia puede ser una avanzadilla en esa materia y en la Comunidad Valenciana».

El abogado oriolano vuelve de este modo a la vida pública , aunque él confiesa haber estado siempre «entregado a la provincia de forma callada». Afirma creer «mucho» en «la vitalidad de la sociedad civil» y en su convivencia con la responsabilidad pública y política: «Los ciudadanos no podemos asistir impávidos a lo que ocurre a nuestro alrededor y hay que implicarse en la medida de nuestras posibilidades».

Respecto a volver a la política activa hoy, asegura que esta no le «llama» tras haber cumplido ya sus obligaciones y desaparecer su antiguo partido. «Nadie ha sustituido a Suárez y andar de un lado a otro no es mi camino. Se puede aportar mucho a la sociedad desde otras perspectivas», opina.