La serie Acacias 38Acacias 38, que emite cada tarde TVE, lleva casi cinco años en antena con 1.163 capítulos emitidos y una media de 800.000 espectadores. Por ella han pasado más de 300 personajes cuyas historias se entrecruzan en el espacio reducido de la calle a la que da título. Detrás de esta producción de Boomerang -que el pasado martes se alzó con el galardón a la mejor serie diaria en los Premios MiM, dedicados a la ficción televisiva nacional- se encuentra Miquel Peidro (Alcoy, 1965), quien desde sus inicios se encargó de dar forma a esta serie que cuenta las relaciones de un grupo de sirvientes y las familias burguesas para las que trabajan a principios del siglo XX.
«Es una serie al estilo de Arriba y abajo, que habla de dos mundos diferentes. Jugamos con dos niveles sociales de personajes y al movernos en un espacio tan reducido, la calle Acacias, todas las historias acaban afectando a todo el mundo», resume Peidro, coordinador de guion al frente de un equipo de diez personas (4 guionistas en escaleta, 5 dialoguistas y un guionista de plató), que explica que los guionistas (él también lo es) «escribimos cinco capítulos por semana y me reúno primero con los de escaleta, donde hacemos el desglose por secuencias, sin diálogos, y luego se pasan los detalles a los dialoguistas, que escriben entre el viernes y el lunes. Ahora estamos haciendo los guiones de marzo y cada tres meses hacemos las biblias argumentales -la información previa a la escritura de capítulos-, que estamos ya con la del próximo verano».
Miquel Peidro habla casi a la misma velocidad con la que escriben los guiones en la serie y reconoce que «es un poco esquizofrénico a veces porque trabajamos en el pasado, en el presente y en el futuro, pero es cuestión de organizarse muy bien los tiempos. Y que esto te tiene que gustar, claro», ríe el alcoyano. Por si fuera poco frenesí el suyo, Peidro ocupa el mismo cargo de coordinación de guion en otra serie más longeva de la misma productora, El secreto de Puente Viejo, pero asegura que nunca se confunde de serie, «alguna vez se me olvida un nombre, pero poco más».
¿Y cómo se organiza la semana? «Muy fácil -responde-. El lunes me reúno con un equipo, el martes con el otro; el jueves edito con unos, el viernes con otros; y el sábado escribo un capítulo, y a veces el domingo también. El miércoles es mi día más libre».
Lejos de quejarse, le encanta su oficio y apunta que «lo bueno de trabajar en equipo es que se habla de muchas cosas y al final te quedas con la mejor idea». Tras coordinar 20 biblias y 1.250 capítulos, preguntado por el futuro de Acacias, 38 -cuya historia comenzó en 1903 y está a punto de entrar en 1914- el guionista bromea con que «uno de los directores se conforma con que lleguemos a las Olimpiadas de Barcelona».
«Lo importante es que nos sigan renovando y poder continuar trabajando, y si ganamos de vez en cuando un premio pues es una alegría», considera Peidro, que opina que el éxito de esta serie -que en los MiM se impuso a la misma Puente Viejo, la veterana Amar es para siempre o Servir y proteger- radica en que «se trabaja como si la serie fuera en prime-time, a que ha conseguido aunar una mezcla de géneros, desde el thriller a la comedia o al costumbrismo y a que los actores exteriorizan muy bien los personajes, con sus momentos de drama y humor, no son monolíticos».
Esta era la primera vez que se daba un premio a la mejor serie diaria -«al principio no había apenas, pero ahora se emiten cinco cada día», destaca-, un formato en general menos valorado que el de las series semanales. «Están menos valoradas, pero aquí trabajan cada día equipos de más de cien personas y a una velocidad tal que tienes que tener muy cogido el formato. No hay tanto presupuesto para hacer alardes y pareces el hermano pobre de las series, pero es un trabajazo. Se graba más de un capítulo al día y cuadrar todo eso es un arte», además de tratarse de una «muy buena escuela para aprender a mucha velocidad» y servir de «gran vivero de actores», como los alicantinos Rebeca Alemany y Jona García.
Próxima obra de teatro
El alcoyano, que no faltará mañana a la Cena de Pobre, ha seguido viviendo en su localidad natal hasta hace dos años, en que se trasladó a Madrid. En su currículum hay títulos para Canal 9 como Les moreres o Negocis de família y el guion de un corto, Rufino, nominado a los Goya. No tiene en mente aumentar las series pero sí prepara una obra de teatro con la compañía alcoyana La Dependent. «Tengo poco tiempo libre», reconoce entre risas.
