La lámina de agua y la gran caja de madera que reciben a la comunidad académica en el campus se han convertido en la imagen de la Universidad de Alicante desde que el arquitecto Alfredo Payá diseñara el MUA. Ayer se cumplieron 20 años de la apertura de puertas, convirtiendo este museo en pionero entre los centros universitarios del país. Por su innovadora concepción arquitectónica, pero también por su propuesta museográfica en la que se alternan las exposiciones temporales de carácter científico, artístico y patrimonial.
«Alfredo Payá fue un visionario», asegura Antonio Ramos, entonces vicerrector de Extensión Universitaria e impulsor de este proyecto junto al rector Andrés Pedreño. «Todavía hoy, 20 años después, es comparable a cualquier contenedor museístico de los que se han construido en España».
Premio Architecti y finalista del Premio Mies Van de Rohe de Arquitectura Europea, los FAD de Arquitectura y la V Bienal de Arquitectura Española, el edificio cambió la imagen de la UA y también el concepto académico.
A lo largo de estas dos décadas, se han realizado 400 exposiciones, las visitas superan el medio millón, 180.000 han participado en las actividades del Área Didáctica y se han producido más de medio centenar de muestras itinerantes, como un espacio de dinamización cultural, aprendizaje y encuentro, y como una plataforma para la reflexión artística y la investigación sobre la creación plástica actual.
«Fuimos pioneros -asegura Ramos, responsable del museo hasta 2005-, había museos científicos en otras universidades con sus propios fondos, pero nosotros vimos que en una universidad había hueco para la innovación artística y la creación humana en el amplio sentido de la expresión. El arte contemporáneo no estaba presente entonces en el ámbito académico».
Era un momento de «eclosión de formas nuevas de expresión que entraban a velocidad de crucero en el ámbito del arte experimental» y empezó a formarse una colección que suma ya más de 2.000 obras, incluidas piezas de Picasso, Chillida, Miró o Sempere. «Gracias a la enorme generosidad y acogida que tuvo entre los creadores de la provincia y de fuera, tuvimos la oportunidad de impulsar esta aventura que estuvo llena de dificultades, pero que nos permitió conseguir un gran fondo para abrir el museo», afirma el primer responsable del MUA, para quien fue y es fundamental el personal que trabaja en el centro «Se ha creado un cuerpo profesional de mucha calidad».
A Ramos le sucedió en las tareas de director del museo Mauro Hernández, hasta 2012. «Fue un magnífico continuador de la trayectoria del museo, que sigue teniendo una orientación muy viva vinculada a las expresiones de pensamiento de los creadores del momento».
Desde 2012 es Faust Ripoll quien encabeza el MUA, con el objetivo de que el museo «sea de la comunidad universitaria y después de la ciudadanía». En este periodo, se ha abierto a exposiciones producidas por el alumnado pero también se han potenciado los talleres escolares y se han establecido «conciertos» con otros museos de la ciudad, «entrando en el Día Internacional de los Museos o la Noche en Blanco para trabajar en red». Ripoll se ha puesto como metas «la creación de nuevos públicos y fomentar el gusto por la cultura».
Libro recopilatorio
El acto institucional para celebrar estas dos décadas del museo tendrá lugar el 23 de enero y contará como eje central con el libro 20 años del MUA. En este volumen, el profesor José Piqueras realiza un recorrido por la evolución del centro, sus directores, las exposiciones, los artistas y la colección de obras de arte, acompañado por fotografías históricas.
Además, hasta julio de 2020 se puede ver en la sala Arcadi Blasco Exposición 20 años, con otras tantas piezas representativas de las diferentes disciplinas de la colección.
