El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, organismo autónomo de la Diputación y uno de los grandes centros culturales de la provincia, lleva cinco meses sin un equipo que lo dirija y diseñe la programación para 2020. Esta entidad, que ofrece al público una media de 180 actividades al año, ha visto frenada su actividad al anunciar Ciudadanos -socio de gobierno del PP en la Diputación y responsable de las competencias de Cultura- el pasado mes de octubre su intención de cubrir el puesto de director/a cultural mediante un concurso de méritos un concurso de méritos y no por designación directa por Presidencia de la Diputación, como contemplan los estatutos del organismo y como se había hecho hasta ahora.

Mientras se elaboran las bases de dicho concurso -que preveía convocarse en noviembre- la diputada de Cultura y vicepresidenta primera, Julia Parra, anunció ayer su intención de designar primero a los responsables de los distintos departamentos -Arte y Comunicación Visual, Humanidades, Publicaciones e Investigación, Revistas, y Ciencias Jurídicas y Sociales eran los existentes- y después seleccionar mediante concurso abierto al director de este equipo, un proceso que conllevará unos meses hasta que se resuelva.

«Se están haciendo las bases. Se está tardando un poco más porque queremos que sea con la mayor transparencia posible pero después de Navidad estarán hechas. A finales de diciembre tendremos las bases del concurso para que salga, y las personas nombradas», apuntó Parra ayer a los periodistas tras una rueda de prensa. Aclaró que el concurso se refiere «al director, pero luego hay más departamentos», por lo que avanzó que el nombramiento de los responsables de los departamentos «dependerá de nosotros, de Cultura, y nos sentaremos con el presidente a tomar decisiones a final de año».

Preguntada, de nuevo, si se nombrará primero a los responsables de los departamentos y meses después se elegirá al director, la diputada indicó: «Es lo que estamos viendo. A finales de diciembre daremos los detalles».

Programación

Julia Parra también aseguró varias veces que «el Gil-Albert no ha cesado su programación» y que el proceso de selección y nombramiento del futuro equipo director «para nada está influyendo en la programación. Los técnicos del Gil-Albert nos dicen que se está cumpliendo la programación».

Sin embargo, en la agenda del último cuatrimestre del año, de septiembre a diciembre, el Gil-Albert ha tenido actividad 7 días (cuatro de ellos por la Muestra de Teatro), frente a los 49 días del mismo periodo del pasado año.

Hay que aclarar que el anterior equipo que dirigió José Ferrándiz Lozano dejó programadas las exposiciones que se llevarán a cabo en 2020-un total de cinco-, así como los dos números anuales de la revista Canelobre y otras catorce publicaciones de libros que verán la luz en 2020. Por lo tanto, habrá actividades que se desarrollarán el próximo año, como presentaciones de libros e inauguración de exposiciones, que corresponde atribuírselas a la anterior dirección. También se adjudicaron en abril las ayudas a la investigación, cuyos beneficiarios cobran la segunda parte de la beca cuando entregan los trabajos finalizados en septiembre, algo que aprobó la junta rectora hace unas semanas.

Es decir, que la inercia del trabajo realizado por los anteriores responsables se mantiene, pero no hay aún equipo director que presente a principios de año un plan de actividades de 2020, con organización de congresos o seminarios, ciclos y actividades.

Hay ciclos ya clásicos del Gil-Albert que se desconoce si continuarán, como el de poesía ( Alimentando lluvias), el de cine ( Detrás de las cámaras), el ciclo de publicidad ( Ideas para el corazón) o el Descubre una obra de arte, del que se hacían tres cada mes. Tampoco se han organizado en diciembre actos con motivo del aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que los últimos cuatro años se celebraron con conciertos, grafitis y distribución de ejemplares de dicha declaración.

El Gil-Albert dispone de un presupuesto de 1,2 millones de euros. En los estatutos actuales el puesto de director cultural es «honorífico» y «designado por la Presidencia entre personas de prestigio, sin mantener relación laboral con el instituto». El director (y los directores y subdirectores de departamentos, 3 o 4 por área) no tienen un sueldo, cobran una dieta por cada reunión.