La Concatedral de San Nicolás se ha quedado sin su órgano principal. Aunque desde el templo se contempla en su estado habitual, el instrumento ha desaparecido así como la construcción que lo envuelve. De ello se encargó ayer el organista Frédéric Desmottes que trabaja desde hace varios meses en la construcción del nuevo, que financiará la Diputación con 366.000 euros.

El especialista en la construcción y reconstrucción de estas piezas asegura que «necesitamos tener bien claro el espacio disponible dentro del órgano para poder hacer la estructura que va a sujetar todo el mecanismo, para evitar descargar el peso en la caja». Y de ello se encargó ayer el arquitecto Pablo Turégano, colaborador de Desmottes, que realizó los planos del espacio donde se va a ubicar para que todo encaje.

Precisamente la caja principal es una de las pocas cosas que se van a mantener, ya que es la parte más valiosa. Data del siglo XVI y es la más antigua de la Comunidad Valenciana y la quinta de toda España. Además, se va a conservar la cadereta -caja pequeña-, que es del siglo XVIII, firmada por el famoso organero Matías Salanova. «La caja es muy bonita pero ha sido modificada y ha sufrido cortes por aquí y por allá; tenía unas puertas y se ven aún las bisagras y aunque propusimos reconstruirlas y ponerlas de nuevo parece que al final no, porque no resulta fácil».

Desmottes asegura que lo que hay dentro de esa caja es un órgano «que ha sido modificado muchas veces, saqueado, reconstruido con materiales de poca calidad que ha funcionando así hasta los años 60; luego el órgano se puso en funcionamiento para ir tirando, pero ya estaba casi en las últimas».

Ayer se desmontaron y retiraron todas las partes que no se van a reutilizar. «Quitamos todos lo que no se va a volver a colocar. Hay muchos tubos que son de zinc, de mala calidad, aunque los tubos de fachada los vamos a dejar por ahora; son todos de zinc repintados con pintura de aluminio, pero los mantenemos de momento para que el órgano, visto desde abajo del templo, no parezca una ruina. Por lo menos la fachada parece igual». Además, dentro «hay unos secretos de principios del siglo XX que vamos a quitar y conservar».

El instrumento nuevo va a buen ritmo, asegura Desmottes. «Ya tenemos fabricados los secretos, los fuelles, los teclados, gran parte de la mecánica y lo que nos falta es tener un registro exacto del espacio con que contamos dentro de la caja y en función del espacio vamos a construir una estructura nueva para sujetar el instrumento sin tocar la estructura antigua».

El órgano que se está fabricando tiene tres teclados y 2.600 tubos, que ya están acabados. «Este instrumento puede tener una fila con 37 tubos o 2.000, pero cantidad no es sinónimo de calidad». La vista que se tendrá del instrumento desde abajo cambiará. «Se modificará visualmente porque los tubos van a ser algo más grandes y más brillantes, como eran en el siglo XVI, que sustituirán a los que ahora hemos dejado para que no se vea vacío desde el templo».

El instrumento se colocará dentro de la caja actual y el objetivo es que sea apto para un repertorio más amplio «para poder tocar música alemana, además de la escuela ibérica. Sin que suene pretencioso, pretendemos evidentemente hacer algo mucho mejor; la intervención sirve para dar a la concatedral un instrumento grande para conciertos, capaz de abordar un amplio abanico de repertorio».

Órgano de la concatedral de San Nicolás

Órgano de la concatedral de San Nicolás

La próxima primavera Desmottes y su equipo -que han restaurado los órganos de las catedrales de Cuenca y Segovia- volverán a Alicante ya para empezar a trasladar por partes el nuevo instrumento, de manera que esté colocado en septiembre y se pueda inaugurar en octubre. «Iremos montando en varias etapas porque siempre hay que retocar cosas -afirma el organista-; al no poder montar el órgano entero en el taller para traerlo hasta su ubicación lo haremos por partes, vendremos con las piezas desmontadas e iremos adaptándolo al espacio».

El órgano de la Concatedral de San Nicolás volverá a sonar

El órgano de la Concatedral de San Nicolás volverá a sonar

Ciclo de conciertos

El objetivo de contar con un nuevo instrumento no es únicamente su uso para el culto. El párroco de la Concatedral de San Nicolás, Ramón Egío, aseguró que lo ideal es poder compartirlo «de puertas hacia afuera» y para ello pretende organizar ciclos de conciertos de órgano en el templo. «Nosotros no queremos este instrumento solo para las cuestiones de culto, lo queremos para la difusión de la música de órgano, como ocurre en la Basílica de Santa María de Elche, pero hasta ahora no hemos podido hacerlo».

Egío aseguró que a partir de octubre, cuando se inaugure, «lo vamos a hacer», además conjuntamente con Elche «porque estamos de acuerdo para que se organicen ciclos conjuntos; queremos abrir el órgano a toda la ciudad al margen del culto como una forma de disfrutar de una música que no tiene punto de comparación con otra». En este sentido, el párroco destacó que «no se puede interpretar si no es con él instrumento adecuado» y que «la referencia es Bach, pero tenemos muchos más autores».

Resaltó el respaldo de la Diputación de Alicante, «donde estamos encontrando una predisposición total, y también es verdad que la Diputación la está encontrando en el Cabildo».

Después de dos años utilizando el órgano actual con un servicio «mínimo» y «exclusivamente para las cuestiones de culto y poco más», Ramón Egío espera con expectación el nuevo instrumento. «Ahora tenemos que esperar hasta septiembre para que esté montado al completo y ya empezar a usarlo». De momento la concatedral «suena» con el órgano pequeño, que, por cierto, también es obra de Desmottes.