El alicantino Vicente Magro ha presentado en Madrid su última novela, "Parejas cruzadas", un thriller que refleja hasta dónde pueden llegar algunas personas cuando no son capaces de aceptar las decisiones de otras y tratan de adecuarlas a su propia voluntad. Relaciones extramatrimoniales, celos, venganza y parejas que se cruzan se entremezclan en una inquietante historia que arranca con un crimen.

El magistrado de la Sala 2.ª del Tribunal Supremo y autor de la obra ha escogido en Madrid la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España como escenario para explicar las claves de la novela en un acto acompañado de Manuel Marchena, presidente de la Sala Penal del tribunal Supremo; Victoria Ortega,presidenta del Consejo General de la Abogacía Española; Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, y Rosalina Díaz, presidenta de la Fundación Wolters Kluwer.

Todos ellos destacaron el interés de hacer una novela sobre un crimen por un magistrado del Supremo y el objeto de la novela, centrado sobre el delito de acoso, que se está repitiendo en la sociedad y sobre la infidelidad en la pareja, así como la imprevisibilidad de la condición humana llevada a situaciones límite.

Magro presentará el libro en el Colegio de Abogados de Alicante el próximo 5 de diciembre.

Sinopsis

La historia que comienza con la aparición de un cadáver sobre una cama y con cuatro personajes estrechamente vinculados entre sí. ¿Quién puede ser el asesino? ¿Puede acabar en un crimen la negativa del acosado a la relación pretendida por el acosador? ¿Una relación extramatrimonial puede conducir a un asesinato por celos o por amor? ¿Qué pasa por la cabeza del asesino para acabar cometiendo un crimen atroz? Relaciones extramatrimoniales, celos, venganza, parejas que se cruzan... Un auténtico rompecabezas donde la historia arranca con un crimen y luego se remonta al origen de los hechos para poder descubrir al culpable. Matar puede llegar a resultar sencillo en determinadas circunstancias pero el crimen perfecto no existe y éste no acabará siendo un acto impune.