Ampurias fue una ciudad griega rodeada de tribus iberas y l'Illeta de El Campello fue un asentamiento ibérico entre los siglos IV y III antes de Cristo. ¿Por qué en la primera no se utilizaba la escritura grecoibérica cuando su relación era mucho más cercana y sin embargo 500 kilómetros al sur sí?

Aunque la arqueología muchas veces no tiene respuestas, el caso es que las investigaciones realizadas por el MARQ en el yacimiento alicantino tras la última campaña ha puesto de manifiesto que este tipo de escritura era exclusiva de esta zona, del eje que se puede trazar entre l'Illeta y la Serreta, la antigua Contestania.

Esta afirmación se ha constatado tras los análisis realizados a la lámina de plomo encontrada en ese enclave el pasado año. Cuando apareció, estaba doblada, pero dejaba ver que había algún tipo de escritura que se identificó en un primer momento como ibérica. Sin embargo, tras alisar la pieza y con el estudio realizado por Joan Ferrer, se ha llegado a la determinación de que se trata de escritura grecoibérica.

Este tipo de lenguaje escrito utilizaba los significados iberos pero con la grafía griega. «Cuando apareció estaba doblada y no se podía distinguir bien; ahora se ha determinado que es un plomo con escritura grecoibérica, la primera que aparece en l'Illeta, ya que otras se encontraron en la zona interior de la provincia, en la Serreta, lo cual quiere decir que esa escritura es propia de la Contestania; hay dos ejemplares de plomos con esta escritura en Murcia, pero probablemente entraron por l'Illeta», destaca Manuel Olcina, director técnico del Museo Arqueológico de Alicante y director de la excavación en El Campello, junto a la arqueóloga Adoración Martínez Carmona.

En la escritura que aparece en el plomo encontrado el pasado año, con unas dimensiones de ,8,2 x 5,2 cm y un grosor de 1 mm) se pueden leer los nombres propios Ildurkon y Ka(+)+belaúr, acompañado de algún número.

La incertidumbre sobre el uso que se dio a ese plomo en su momento es algo que todavía no se conoce a ciencia cierta, aunque «lo que está claro es que es un texto comercial», explica Adoración Martínez. En este sentido podría tratarse de una especie de etiqueta, en la que se registraban los nombres que intervenían en una transacción económica, dado también la importancia comercial del asentamiento de El Campello. Podría ser como una especie de recibo o comprobante.

Hipótesis

«El especialista que ha trabajado sobre esta lámina dice que hay dos posibilidades: que se escribiera por una cara, se mandara y a la vuelta se aprovechase para escribir por la otra cara, o que por una cara ponga el nombre de la persona que vende y por la otra, el de quien lo recibe», afirma la arqueóloga.

Olcina apunta que sería «como una especie de etiqueta en la que pone el destinatario y el remitente; en otros poblados griegos también hay algo similar, es una práctica griega que adopta el mundo ibérico». Lo curioso es que aquí se adopta también la grafía griega. «El problema es que podemos leerlo al ser letras griegas, pero no sabemos su significado porque corresponde a palabras iberas».

Para el director del MARQ, «lo importante, más que los nombres, es que aparece ese tipo de escritura en la costa, lo que quiere decir que es un punto comercial destacado. La conexión entre la Serreta y El Campello está muy clara y probablemente llegó al interior a partir de l'Illeta.

Además de en plomos, la escritura grecoibérica se realizaba también sobre cerámica y precisamente l'Illeta es donde más escritura en ese soporte se ha encontrado. «Ahora además tenemos también en plomo que es lo que nos faltaba y es lo más importante».

Todo esto muestra «una influencia del mundo griego muy importante en Alicante», que ha quedado patente en esta zona. «Esta escritura data probablemente del siglo III a. C. y es un rasgo que caracteriza esa época en la Contestania».

Los primeros restos de escritura grecoibérica los encontró Figueras Pacheco en los años 30 y posteriormente Enrique Llobregat también realizó una publicación sobre hallazgos de estas características en l'Illeta.

Estos nuevos datos refuerzan que este yacimiento «es excepcional», porque todos los elementos que van apareciendo «hacen que sea único con una gran importancia en el Mediterráneo, con una transacción comercial destacada y los elementos para facilitar esas transacciones se hacen con esa escritura grecoibérica, lo cual referencia el papel de El Campello», asegura el arqueólogo.

Para Adoración Martínez queda camino por recorrer. «Tiene que haber más plomos», destaca la arqueóloga.