El director
Bueno, Chema Cardeña es un creador pasional y, evidentemente, hay veces que es necesario la provocación para ver si alguna vez se enteran. Y sí que creo que objetivamente, y sin palabras tan crudas, que la cruda realidad sea esta porque en los debates que ha habido en las últimas elecciones, por ejemplo, no ha habido ni una sola referencia a la cultura.
En este encuentro, además, hubo quejas entre los profesionales invitados sobre el envejecimiento del público en las salas teatrales. Pero quizás a los dramaturgos se les escapa que los jóvenes no encontramos historias que nos veamos reflejados sobre el escenario. Porque los jóvenes hemos sufrido un éxodo sin precedentes por la crisis económica, nos enfrentamos a alquileres imposibles, sueldos ruinosos, los tiempos del amor líquido y una sociedad en crisis de valores, ideales e incertidumbre, mucha incertidumbre. ¿Y dónde están estas historias? El público joven prefiere Netflix y HBO -más baratos y a la carta del consumidor-.
Ese diagnóstico es así en una parte, pero te puedo asegurar que, con la gran cantidad de textos que producen los autores españoles, sí se tocan esos temas. El problema es que esas obras se tienen que representar, y eso no es posible siempre por la falta de ayudas y, por otra parte, hay un teatro dominante que, está claro, es para unas clases digamos más acomodada económicamente y con edades mayores. Pero sí creo que tienes razón, hace falta un esfuerzo grande, y no solo sobre el teatro infantil, que es importante, sino también sobre ese segmento de edades juveniles, más allá de la adolescencia, con una clara problemática. Vamos a hacer un esfuerzo para llegar a esos segmentos de jóvenes que son el futuro del teatro.
València tiene más de 15 espacios teatrales entre oferta pública y privada. Alicante, no más de cinco siendo generosos. ¿Somos tan ciudad de teatro como creemos ser los alicantinos?
Alicante tiene su tradición, y sí es una ciudad que se ha interesado siempre por el teatro. Yo me remito a mi experiencia en los años 70 cuando Alicante era la única ciudad española que tenía una asociación de espectadores con más de 1.000 socios que incluso se podían permitir la contratación de funciones que no iban al Teatro Principal, o bien podían meter un espectáculo independiente que les parecía interesante. Sin embargo, sí creo que hay otro factor que hay que tener en cuenta, y es que en Alicante faltan salas alternativas. Hay mucho teatro, muchas salas de tipo oficial, dependientes de las instituciones digamos, pero lo que nos falta es ese tejido que sí tiene València, Madrid o Barcelona, que son las llamadas salas alternativas que producen un gran beneficio. Para la Muestra sería muy importante incorporar estas salas para su programación creando sinergias.
La provincia de Alicante cuenta con más de 140 municipios y, la mayoría, con un auditorio o teatro excelentes. A partir de ahí, ¿no sería conveniente trabajar un tejido con el que, una representación realizada aquí, pueda tener salida a numerosos de estos pueblos para crear cultura y promover el teatro? El problema, insisten los profesionales, es que una obra con dos o tres funciones no es rentable para nadie, y los actores no llegan a final de mes.
En realidad, este tejido lo había.
La Comunidad Valenciana y Alicante tenían uno de los circuitos públicos más importantes de toda España. Pero la crisis ha sido la panacea para que todo se cayera. Y las ayudas a la producción, los circuitos, se dejó de programar... Y todo eso hay que replanteárselo otra vez. Porque de lo contrario se produce el éxodo de artistas de teatro o danza alicantinos que tienen que irse a Madrid o Barcelona porque evidentemente no hay un núcleo de producción estable en Alicante para desarrollar su talento. Sería muy importante, por ello, que hubiera una asamblea de municipios para que se planteen no solo este tipo de contratación sino también de ayudas.
La Muestra número XXVII ha finalizado. ¿En qué mejorar de cara al 2020?
Me gustaría mejorar lo de siempre, pero creo que hay que conseguir un recambio generacional más grande, eso es una realidad y me duele mucho. Esta es mi autocrítica en la que, con mi equipo, no hemos atendido del todo. Pero este año hemos tenido un incremento enorme de público en el teatro infantil gracias a una colaboración que hemos hecho con el Ayuntamiento, puesto que hemos ido a varios sitios, con una gran asistencia en el teatro de calle. La propuesta de Casa Mediterráneo también fue muy interesante y el cabaret también ha ido muy bien.
Sé que no le gusta quejarse y llorar. Pero seguro que querrá un aumento del presupuesto.
Hace falta un aumento del presupuesto en algo tan sencillo como la promoción que no la publicidad. Necesitamos tener un departamento que hable con las asociaciones de vecinos, con los núcleos activos de Alicante, ofreciendo un paquete segmentado incluso por obras que puedan interesarle. Eso no lo hemos podido hacer más que de una manera voluntarista con un teléfono y una persona. También es evidente que, para otras mejoras con el público de Alicante, hace falta un esfuerzo más porque llevamos el mismo presupuesto desde la crisis.
¿Seguirá Guillermo Heras al frente de la Muestra? ¿Cómo va de fuerzas?
Yo quiero que me jubilen, y no me quiero jubilar, aunque ya sé que me podría jubilar (risas). Soy como los viejos actores de morir con las botas puestas. Sigo comprometido con la dramaturgia viva, y viajo mucho a América que es donde más me llaman ahora para dirigir teatro. No estoy físicamente agotado, y ya hemos marcado las fechas de la Muestra para noviembre del 2020.
