Texto y dirección: Chema Cardeña

Producción: Salvador Collado

El autor se le ha homenajeado en esta XXVII edición de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos por su amplia aportación a las artes escénicas valencianas con su veterana compañía Arden Producciones, que, junto a Euroscena, produce el montaje visto en el Principal de Alicante. Susan y el diablo tiene el texto y la dirección de Chema Cardeña, quien se inspira en hechos reales de 1969, ocurridos en un lujoso barrio de Los Ángeles. La mansión donde residían Polanski (ausente) y su pareja, la embarazada actriz Sharon Tate. Cinco personas fueron asesinadas por el clan de la Familia Manson, con un psicópata disfrazado de líder revolucionario que deseaba vengarse del Hollywood que lo rechazó como músico. El filme de Tarantino, Érase una vez en Hollywood, relata, entre otras cuestiones, una historia ficticia sobre el satánico asunto. La pieza teatral de Cardeña centra su mirada en la mujer que mató a Tate, enferma terminal que se halla en una prisión desde hace 40 años. Papel interpretado por María José Goyanes, un factor importante para que las escenas cobren mayor interés. El timbre de su voz es inconfundible, y siempre se la recuerda con especial cariño. Manuel Valls interpreta al reportero (y algo más) que la entrevista. Pregunta cosas que incomodan a Susan Atkins y eso provoca algunos choques. La vigilante se exhibe muy grosera con él y su publicación sensacionalista. La lengua del personaje está pasada de rosca, no por Marisa Lahoz, que lo encarna sin exageraciones, sino porque el autor pretende producir chispas y acidez y carga las tintas forzadamente, sin expresa justificación, aunque esa mujer también le ofrece camaradería a ella. El trío sostiene el pulso que el director y los medios técnicos crean con amarga poética, a lo que se suma el diseño de luces del alicantino Juanjo Llorens. Susan, arrepentida, abraza la fe religiosa, busca la libertad. Y los espectadores reflexionan. Justicia, venganza, redención, reinserción o firmes normas. Cada individuo tiene un pasado, y toda causa tiene su efecto.