En los últimos años el dramaturgo jienense Alberto Conejero, a quien se la acaba de conceder el Premio Nacional de Literatura Dramática por La geometría del trigo, ha tenido una permanente relación con Alicante. No sólo fue seleccionado en el I Programa de desarrollo de dramaturgias de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, cuyo resultado fue el texto de su exitosa obra La piedra oscura, sino que recibió tras el paso del montaje de esta pieza por el Teatro Principal de Alicante uno de los primeros Premios José Estruch, creados por el propio teatro y el IAC Juan Gil-Albert.

Conejero fue reconocido entonces con el de la modalidad a mejor autor por ese texto que es todo un homenaje a García Lorca a través del personaje Rafael Rodríguez Rapún, secretario de La Barraca, que aparece en escena preso en Cantabria durante la guerra civil en una noche imaginaria, la última de su vida, vigilado por un jovencísimo soldado nacional. Con él entabla un diálogo en el que le pide un favor: que se ponga en contacto, si sobrevive a la guerra, con cierto actor para revelarle dónde ha dejado guardados unos papeles del poeta granadino que contienen cartas, un libro de poemas, tres obras de teatro y unas grabaciones de voz. Una de esas obras teatrales es la titulada La piedra oscura, composición perdida, de la que únicamente se conoce en la actualidad la lista de personajes y el inicio, mientras que la alusión a los poemas va dirigida en la obra a los Sonetos del amor oscuro, que no se publicaron hasta los años ochenta y que García Lorca dedicó a Rodríguez Rapún, desengañado de su amor.

La piedra oscura de Conejero estuvo en cartelera un fin de semana en el Teatro Principal, con media entrada en su aforo. Y al lunes siguiente obtuvo cinco Premios Max, entre ellos el de mejor autoría, que venía a sumarse al Premio Ceres que ya acreditaba Conejero desde 2015. En la primera edición de los Premios José Estruch la obra recibió tres premios: a mejor espectáculo, a la mejor interpretación principal por el papel de Rodríguez Rapún representado por Daniel Grao y también a mejor autor.

Ese fue el motivo de una presencia más asidua de Conejero en Alicante a partir de entonces. La gala de entrega de los premios generó, por ejemplo, una relación fluida con su participación posterior en actos del IAC Juan Gil-Albert y con la presencia de su teatro en la ciudad: en la Casa Bardín protagonizó una mesa redonda sobre La piedra oscura con Daniel Grao, inauguró el ciclo poético «Alimentando lluvias» en 2017 tras editar su primer poemario Si descubres un incendio y fue ponente en abril de 2019 del Congreso internacional «Juan Gil-Albert: la fascinación de la constancia», donde habló de la novela gilalbertiana Valentín, centrada en las pasiones vividas por miembros de una compañía teatral que ensaya a Shakespeare. Pero también se han ido viendo obras suyas en escenarios de Alicante como Todas las noches de una día en el Teatro Principal y la inspirada en Josefina Manresa, viuda de Miguel Hernández, titulada Los días de la nieve en el Teatro Arniches, parte ésta de la programación de la Muestra de Teatro el año pasado. De La geometría del trigo, por otro lado, habló hace meses en la Librería 80 Mundos.

El encuentro con el público que mantuvo junto a Daniel Grao en la Casa Bardín, al día siguiente de recibir ambos sus Premios Estruch, merece una mención por lo que tuvo de mágico. Quines asistimos todavía recordamos el ambiente generado en la sala y la atención que captó el dramaturgo con cada palabra pronunciada. Ese mismo día, 18 de octubre de 2016, escribió además en el libro de honor del IAC Juan Gil-Albert una curiosa serie de relaciones: «Siento que los caminos de La Barraca nos siguen llevando cerca del misterio, a las lindes de la poesía, de esa asamblea del alma que es el teatro. Pepe Estruch formó parte de ese sueño, al igual que Rapún, centro de La piedra oscura. A Rapún están dedicados los Sonetos del amor oscuro; uno de ellos nació además del encuentro entre Lorca y Gil-Albert. ¡Cómo tiembla el misterio! Lorca, Rapún, Estruch y Gil-Albert? y nosotros en ellos».

El autógrafo no es uno más de los que un autor deja esparcidos. Poesía, teatro, memoria. Todo confluye en unas pocas líneas en las que queda al descubierto un estilo que vemos en su dramaturgia. Porque Conejero es una de esas voces que transmite con su teatro una sensibilidad poética poco común en nuestros días, y por eso tan necesaria, en los diálogos y el clima que crean sus argumentos.