El Consell Valencià de Cultura (CVC) realizará un estudio sobre las necesidades en materia cultural de la Vega Baja tras el paso de la DANA en septiembre. El pleno del organismo consultivo ayer acordó, a propuesta del presidente, Santiago Grisolía, el inicio de un trabajo «ambicioso y propositivo, desde el punto de vista cultural en el sentido amplio de la palabra, de las necesidades de la Vega Baja después del desastre que ha significado para la comarca el paso de la última gota fría», informa la institución a través de un comunicado. Se creará un grupo de trabajo en el que estarán los cuatro miembros alicantinos del CVC: Joaquín Santo Matas, Gerardo Muñoz, Inamaculada Vidal y Begoña Martínez Deltell.

La sesión plenaria del CVC tenía en el orden del día el estudio y la posible aprobación de un informe elaborado sobre el estado del pantano de Tibi, Bien de Interés Cultural desde 1994 y propiedad del Sindicato de Regantes de la Huerta de Alicante. El pantano, del siglo XVI y el más antiguo de Europa en uso, está pasando desde hace mucho tiempo un proceso de degradación que «lo abocará en un futuro no muy lejano, si no se toman medidas, a un cese de la actividad y a la ruina», advierten desde el CVC. El informe hace un estudio completo de la situación y, además, propone a la Conselleria de Educación y Cultura que elabore «un plan director que incluya las actuaciones para recuperarlo y el presupuesto necesario para la intervención desglosado por fases».