P Dice que después de Palmeras en la nieve, es su novela «más sentida, más personal».

R Porque tiene que ver directamente con mi generación, con mi gente, con mi entorno, con alguien como yo, con personas próximas al medio siglo de vida y es un momento en el que echas la mirada hacia atrás para ver si las ilusiones que tenías en tu juventud son las mismas que tienes ahora. Cumplir 50 años es un momento especial en la vida, es mucha vida vivida, pero queda camino por recorrer. Es un homenaje a mi generación.

P En sus novelas siempre viaja hacia atrás en el tiempo. Mediados del siglo XX en Palmeras en la nieve; siglo XIX en Como fuego en el hielo; siglo XVI en Regreso a tu piel. Sin embargo esta ocurre en 2018, aunque echa la vista a la infancia de la protagonista. ¿Por qué esa mirada al pasado?

R En las otras novelas la mirada al pasado fue porque el tema sobre el que quería hablar tenía que ver con ese contexto. En este caso quería hablar de la despoblación del alma, de la pérdida de ilusión y tenía que ser en el presente o en un pasado reciente que marca el fin del mundo rural tal como lo conocemos.

P Pues no se estila mucho aprender del pasado fuera de las novelas.

R Bueno yo opino que el pasado sirve para aprender, pero no hay que mirar ni con excesiva nostalgia ni con excesivo apego; tiene que servirnos para prender de los errores. La protagonista está demasiada anclada a un discurso pasado que sigue dando muchos coletazos porque la vida de sus antepasados no tiene el mismo sentido en el mundo moderno. El pasado puede ser un orgullo pero también puede ser una losa.

P ¿Espera ver esta novela en el cine como Palmeras en la nieve?

R Me gustaría ver todas mis novelas en película. Esta también. Todo es susceptible de que un guionista pueda crear su película. Pero no depende de mí. La experiencia fue positiva, única, fue emocionante y me sentiré siempre muy agradecida.

P Su novela habla también de la despoblación del mundo rural, de la España vaciada...

R En esto coincido con Julio Llamazares en que se ha hablado mucho de España vaciada, pero yo ya sugiero dar un paso más y que cambiemos el discurso y hablemos de la oportunidad rural, el discurso tiene que ser positivo. En el campo vivimos muchas personas normales y corrientes y hacemos lo mismo, leemos, viajamos... El mundo rural está sufriendo la despoblación, pero no me extraña porque el discurso siempre ha sido negativo: si vas a la ciudad triunfas y si te quedas en el campo eres un garrulo.

P Casa Mediterráneo, donde estará hoy, ha creado la Red de Mujeres Escritoras del Mediterráneo que pretende que se equipare la valoración de escritores y escritoras, y se rompan tópicos, como que las mujeres hacen literatura para mujeres. ¿Qué piensa de este tema?

R Sinceramente, como lectora, no hablo como escritora, siempre he leído de todo. El canon cuando yo estudiaba era eminentemente masculino y leía mucha literatura escrita por hombres, pero ahora hay muchas mujeres que están haciendo una literatura fantástica y los lectores no hacemos distinciones, lo que nos importa es la mirada diferente sobre un tema. Yo no pienso en el género pienso en la voz y en la mirada.

P Fue alcaldesa de Benasque entre 2011 y 2015. ¿Volvería a meterse en política?

R No, eso fue una etapa de mi vida muy enriquecedora y muy intensa, pero sinceramente no creo que pudiera llegar a la literatura y a la política. Me desilusionan muchas cosas de las que veo, mi visión era más sencilla. La literatura es amable, la política no lo está siendo.

P Ayer fue un día histórico. La exhumación de Franco del Valle de los Caídos. ¿Ve ingredientes para una novela?

R No he leído nada ni pienso leer nada. Me parece una politización del pasado terrible. No quiero hablar del tema. Es lo que más detesto, querer revivir el pasado. Me parece terrible.